Sí. Hoy vengo para callar bocas. Hoy es uno de esos días en los que me apetece decir: CALLADITO ESTÁS MÁS GUAPO.
Desde que me quedé embarazada supe que en el tema de la maternidad no sabía nada y leyendo y viendo vídeos, me di cuenta de que no hay una fórmula secreta, que lo mejor es seguir el instinto.
¿Pero qué haces cuando todo lo que haces por instinto hace que seas juzgada siempre? Pues seguir adelante, nunca pienses que la de al lado lo está haciendo mejor o peor. Simplemente, lo hace diferente.
Hay tantas maternidades como niños y madres en el mundo. Y no, no hay ninguna igual. Y no, lo que a mi me va bien, no tiene porque irte bien a ti.
Todo el mundo nos decía qué hacer y que no hacer y desde el primer día encontré detractores en mi manera de criar, pero sobre todo por el colecho.
Nunca he pensado que tenía que esconderme y si explicaba algo o me preguntaban lo decía sin problemas. Entre mis amistades más cercanas nunca me sentí mal ni juzgada. Es verdad que alguna amiga que no era madre me decía pero seguro que eso es bueno?
A ver, es bueno para mi y para mi medio limón. Es bueno para la niña y con eso ya teníamos suficiente, pero parece que para los demás no. Ellos, los opinólogos tenían que decir la suya y la verdad es que los mayores detractores y los que siempre me han hecho sentir que me juzgaban era mi propia familia.
¿Sabéis cuantas veces me han dicho que me equivocaba por meter a mi hija en nuestra cama? ¿Sabéis las veces que he escuchado la frase, a tu hija no la vas a poder sacar nunca de tu cama?
Si os digo que millones de veces me quedo corta.
Pero creo que lo que peor llevaba era el ser juzgada por mi familia, por mis padres, mis suegros, ....
Hace un mes escribí un post de la primera noche en que la peque durmió sola. Lo podéis leer aquí.
El colecho, a nosotros, sobre todo a mi, nos ha salvado de muchas cosas. Al tomar lactancia materna, me iba bien porque no tenía que levantarme, ni desvelarme. Con sacarme la teta en el momento justo, ella no lloraba.
En invierno, dormir todos juntos nos daba ese calorcito que a veces añoras.
Las noches en las que se encontraba mal, no me pasaba la noche en vela, estando a los pies de la cuna, viendo que no pasara nada. Porque la tenía a mi lado.
Pero de un tiempo a esta parte, la cama empezaba a quedarse pequeña y la peque tenia una habitación que todavía no había estrenado.
Lo hicimos sin pretensiones. Después de hablar entre nosotros, decidimos que hablaríamos con ella y le explicaríamos lo de su habitación. Además, como ya conté, ella eligió la pintura, las sábanas, ....
Yo por si acaso, tenía plan B. Ya estaba mirando alguna cama pequeña que se pudiera poner a mi lado para que estuviera más tiempo con nosotros, si lo necesitaba.
Pero no, la transición se hizo de un día para otro. Durmió del tirón la primera noche. Y así casi todas ellas, como mucho quiere pipi o agua.
Eso sí, tenemos nuevo ritual. A las 6, nos llama para pedirnos permiso y venirse una hora a la cama de los papas y como todavía es de noche, puede tomar un poquito de teti.
Así que sí .hoy vengo a callar esas bocas, que durante tres años me han machacado diciendo que no lo estaba haciendo bien porque la metía en mi cama. Vengo a callar esas bocas que me decían que mi hija no saldría hasta los 18. Vengo a callar esas bocas de todos los que se creen superiores, o mejores , que los demás intentando imponer su ma/paternidad. Porque vuelvo a repetir: no hay ninguna fórmula mágica.
¿Y vosotros? ¿También os habéis sentido juzgados por vuestra forma de criar a vuestros hijos?