miércoles, 27 de septiembre de 2017

5 CONSEJOS PARA PORTEAR A LA ESPALDA

Nosotros, como familia porteadora, casi desde el primer día, llevamos ya un tiempo con el cambio a la espalda.

Al principio la peque estaba algo reticente al cambio. Ella siempre había ido delante con su amada teti y de pronto un día le dije: ¿quieres cambiar? Pero me dijo que no. No quise insistirle y al final lo conseguimos dejando su tiempo para el cambio y también viendo a otros niños de su edad yendo a la espalda y lo divertido que era ir detrás y no delante. Gracias a nuestra mochila Boba 4G no hemos tenido ningún problema. 

Con el destete parcial que llevamos practicando un tiempo a mi me va genial que vaya a la espalda. Lo primero porque ya pesa 14kilos y se nota si va delante y también porque ella puede ir viendo todo, preguntando que ve, y que pasa a su alrededor.


Elegir el portabebé que nos vaya mejor: hay muchos porteadores y muchos portabebés. Yo, por ejemplo, tenía claro que quería probar todos los que pudiera, y a la vista está que muchos me gustaron, pues he porteado con fular, mid-tai y mochila. No le hago ascos a nada 😂😂😂. Pero en cambio mi marido cuando porteó, solo lo hizo con mochila. Él no se veía cómodo llevando a la peque en un trozo de tela, como me decía. Así que no tengáis miedo de probar. Lo mejor es ir a una tienda especializada de porteo ergonómico y allí las personas que trabajan podrán ayudarte con tu elección. Incluso hay cursos donde te enseñarán todo tipo de porteos y podréis probarlo. En Barcelona tenemos sitios como Kangura o Aúpali.

Tener experiencia en el porteo: No es del todo necesario, pero se cuenta, se rumorea, se recomienda, que es mejor haber porteado primero delante o en cadera. Pues eso te dará mayor seguridad a la hora de pasar al peque detrás. Puede parecer una tontería, pero yo me alegro de haber porteado primero delante, cuando era un bebé, pues eso no sólo me ha dado confianza, si no que ya tengo por seguro algunas cosas que damos por hechas, como los consejos de a continuación. 
Estar los dos preparados para el cambio: Esto es esencial, porque si uno de los dos no está preparado para el cambio, habrá drama. Seguro. Nos lo podemos ahorrar si seguimos nuestro instinto y no corremos a hacer el cambio porque alguien nos ha dicho que es mejor. Nosotras lo hicimos así.  Esperé a que ella se viera segura y me lo pidiera. Sí, antes se lo dije yo, pero su respuesta fue rotunda, no quiero mami. Ok, pues esperamos y sí, después de unas semanas y ver a otros niños en esa posición me dijo, mami en la espalda, y desde entonces. 

Calcular los espacios: si habéis porteado delante, sabéis lo importante que es este punto. Porque si no calculabas tu peso extra delante o el bulto que hacía podía llevarse un golpe os podiais caer o algo peor. Ahora en la espalda, el peso va atrás, tu postura tiene que ser diferente y no olvidar que va detrás, si no puede que se coma alguna puerta  (sí, la segunda vez de portear a la espalda, se comió una puerta por no abrirla suficiente. 
Siestas time: cuando es pequeño y lo llevamos delante, sabemos el momento exacto en que se queda dormido y podemos actuar en consecuencia. En la espalda es otro cantar. Yo normalmente lo noto, por el peso muerto de la peque cuando duerme, pero también me ayudo cuando paso por delante de algún espejo o escaparate. Tenemos que recordar lo importante que es sujetarle la cabeza para que no vaya de un sitio a otroN ni se haga daño en algún momento. Recuerdo un día, un papá que posteaba a la espalda, no se había dado cuenta de que el pequeño se había dormido y llevaba la cabeza totalmente al aire, dando tumbos. Me acerqué a él y se lo comenté, además de ayudarle a ponerle la capucha de su mochila porteadora, porque todo sabemos lo incómodo que puede ser.

Y hasta aquí algunos consejos. Si piensas portear a la espalda, esto podrá ayudarte y cualquier duda que tengas no dudes en preguntar a personas especializadas, porque siempre pueden darte la mejor solución. 

¿Y vosotros? ¿porteais en la espalda? Explicarme vuestra experiencia. 

miércoles, 20 de septiembre de 2017

NUESTRA ENTRADA EN EL COLE DE LOS GRANDES

He querido esperar una semana para hablaros del principio en el cole de los grandes de la peque.

Han sido unos dias de cambios para la peque y no he podido estar con ella todo lo que me hubiera gustado. Más que nada, porque esta #malamadre no tiene un trabajo con horario conciliador. ¡Viva la no conciliación que vivimos much@s de nosotros!

Esta primera semana ha sido algo dura en los momentos de dejarla en el cole. Mi medio limón con una paciencia infinita se quedaba con ella el tiempo necesario, explicándole que en unas horas iríamos a buscarla. Porque una cosa buena que tiene y me tranquilizó es que los padres los dejamos y recogemos en clase. Digo que me deja más tranquila porque, por ejemplo Carlota con mucha gente se agobia muchísimo y eso hace que el cambio lo lleve peor. Tener a papá durante unos minutos con ella la tranquiliza y hace que sea más llevadero el momento de dejarla. Además la profe siempre va hasta donde se encuentren y le pregunta si quiere que papi se vaya para empezar a jugar y aunque el primer día preguntó si papá se podía quedar a jugar, a partir del siguiente ya decía que sí. Aunque algún puchero salía de su boquita. En el momento en que se iba, las profesoras se quedaban con ellas y aunque lloraba un poco, ellas con paciencia y sabiduría la calmaban. Después pasaba un buen día. Jugando con sus amigos (lo bueno de ir al mismo centro que en la guardería es que ya conoce a la mayoría de los niños de la clase), comiendo y durmiendo la siesta.

Cada día el mismo ritual y poco a poco ha ido viendo que no pasaba nada porque mami o papi no estuvieran con ella.
Sinceramente, conociendo a mi hija, sé que lo que peor ha llevado ha sido el cambio de las profesoras. Hemos tenido mucha suerte.
Recuerdo que el año pasado cuando conocí a la profesora de la escoleta, fue amor a primera vista. Tanto fue así, que siempre seguí sus consejos, ya no solo por ser la profesora de la peque, si no también como madre que ha pasado por algunos momentos como los nuestros.

Cuando conocí a las profesoras que iba a tener este año, me volvió a pasar. Conocerlas, hablar con ellas y saber que son grandes profesionales. ¡me encantaron! Y encima que me dijeran que tenemos a las mejores profes del curso, pues como que más. Pero como digo, Carlota no lo ha llevado del todo bien. Si yo estaba enamorada de su profe anterior, ella sentía verdadera devoción y es que días antes de empezar el cole me decía que tenía taaaantas ganas de volver a verla.
Su padre y yo le explicábamos la verdad. Que Olga estaría en el cole, pero no en su clase. Que estaría con los nenes más pequeños y que ella ya era grande y tendría otras profes que jugarían con ella. Pero nada, el primer día, al no verla fue un verdadero drama y no poder estar con ella en ese momento tan duro, me supo muy mal.

Como digo, después de unos días iba mucho mejor y el viernes, por la mañana, además le di la gran noticia. Yo iría al cole a buscarla. Ese día, su padre me dijo que no había llorado y lo primero que dijo al entrar en clase es que mami iría a buscarla. Menuda fiesta montamos al vernos.

Unos dias después de empezar las clases, una de las profes estuvo hablando con mi medio limón. Le contó, que ellas también se habían enamorado de la peque. Que era una niña sensible y tan amable y siempre pidiendo por favor, dando las gracias y si hacía algo mal, pedía perdón sin problema. Me sentí tan sumamente orgullosa con aquellas palabras...

En el cole de la enana podíamos hacer una entrada poco a poco. Llevarla una mañana, hasta la hora de comer, que se quedara a comer y recogerla o, como hicimos nosotros: a boca jarro. Desde el primer día, todo el horario completo y parece que es lo que ha imperado en el cole. Conozco lo suficiente a mi hija para saber que si lo hacemos escalonadamente sería peor al final. Porque con lo poco que tolera ciertos tipos de cambios, si encima de una semana a otra se encuentra otro cambio, como que no. Así que decidimos todo el día y no me arrepiento, porque al final, sabemos que ha sido mejor para ella, aunque me hubiera gustado estar allí con ella algún día. Aunque mi medio limón siempre me decía: Cari, tu te hubieras hecho polvo al entrar al ver a los niños con sus mamás, llorando. Algunos, verdaderos dramas.

Llegó el fin de semana y ella la mar de feliz, porque hemos estado 48 horas juntas sin separarnos en ningún momento. Pero el domingo por la tarde el drama llamó a nuestra puerta. Al levantarse de la siesta, nos dijo: mami, no quiero ir al cole.
Como digo, nosotros no le mentimos. Así que me senté con ella y le conté que igual que mami tenía que ir a trabajar, ella tenía que ir al cole. Al principio se quejaba, pero luego cambio de actitud. Y me dijo, vale, voy al cole, pero luego cuando llegues jugamos juntas???

Aixxx, pues claro!!! Le dije que podríamos ir a dar un paseo. Podríamos jugar en casa con sus muñecos y que le daría muchos abrazos y besitos. Eso nunca falta y es que de un tiempo a esta parte he notado muchos cambios en ella. Mi bebé se ha ido y tengo una pequeña mujercita de armas tomar, que no lleva bien los cambios, pero poco a poco los supera. Sin prisa, pero sin pausa, como siempre digo y es que es una niña constante.

El martes empezó con su primera extraescolar. No sé si estaba más nerviosa yo o la peque y es que otra cosa que me enamora del cole donde va es la oferta musical. No es un cole con las típicas extraescolares, solo de deporte, que las tiene. Si no que también tienen una gran oferta de música, danza, teatro musical. Como digo: IN LOVE TOTAL!!! 

Este año son juegos musicales, por supuesto no la vamos a apuntar si a ella no le gusta, pero como ya tiene instrumentos en casa y siempre trastea con ellos, pensamos que sería una buena extraescolar, hacer algo diferente en el cole, con algunos de sus amiguitos y a final de curso, enseñarnos lo que ha aprendido. 

Los comienzos son difíciles y ella los cambios, dependiendo de cuáles, no los lleva del todo bien. Por suerte, se ha ido adaptando y estos días, aunque solloza cuando el papi se va, se queda algo más tranquila. Incluso el lunes tuvo un gran día, porque había lentejas y pollo para comer. En el cole se quedaron a cuadros, pues la primera semana comió algo mal. No me gusta esto, esto tampoco y ellas, siendo el principio no querían obligar y les dejaban un poco. Pero cuando vio que había lentejas saltó de la alegría, incluso pidió más. jajajaja. Se cree que es como en casa.

Y como lo hizo tan bien y estaba tan contenta, papi y mami le prepararon la cena sorpresa. Su plato favorito: SOPA!!!! con caldo casero 100%, que un día traeré, porque estas cosas de siempre no tenemos que perderlas.

¿Os explico algo genial? Ayer martes hizo su primera extraescolar y salió encantada. Tanto es así  que cuando el papi fue a buscarla no quería marcharse. Parece que hemos dado en el clavo con la clase de juegos musicales y es que la conocemos lo suficiente como para saber que iba a ser todo un acierto apuntarla.

¿Cómo les ha ido a vuestros peques? ¿Hacen adaptación o a bocajarro como nosotros?

miércoles, 6 de septiembre de 2017

LO BUENO DE TENER UN PUEBLO. NUESTRAS VACACIONES 2017

Este año las necesitaba, era algo que llevaba soñando desde hace tiempo y es que con todo lo que nos ha estado ocurriendo estos meses, sinceramente, necesitaba desconectar un poco de todo y relajarme, con mi medio limón y con mi peque, que los echo de menos cuando no estoy con ellos.

Por suerte, en la nueva empresa, empezamos horario intensivo a finales de junio y como era la primera vez que tenía un horario así, os podréis imaginar que estaba (y estoy) loca de contenta, porque eso de salir cada día a las 15.00 es todo un lujo. Tener toda la tarde para mi y la peque. Otra cosa buena de este sitio es que por primera vez, no tienen que sustituirme, no he tenido que dejar a nadie en mi sitio durante mi ausencia, no he tenido que enseñar a nadie y he podido irme tranquila porque todos los temas pendientes los había cerrado, aunque el último día fue de locura.

El mismo día que acabé en la oficina, tuve que salir corriendo, a lo correcaminos para llegar a casa, terminar de empaquetar, comer algo y marcharnos al tren, porque sí, ese mismo día nos marchamos de la ciudad para poner rumbo a nuestro destino. Dejábamos el bochorno, el calor que te deja chafado, el asfalto y los edifcios altos, para irnos a donde todo lo que te rodea es verde. La temperatura perfecta de verano, pero durante la noche hay que taparse a veces y es que estas pequeñas cosas se agradecen.

Os diré que siempre vamos en tren. Nos gusta ir en tren, porque lo cogemos a las 20.20 y llegamos allí a las 07.30 del día siguiente. Cogemos camarote para los tres. La peque y yo compartimos litera. Tenemos nuestro baño propio y digo baño, no aseo, pues tienes hasta ducha. Toda una gozada. Una pequeña tele donde suelen tener siempre película de dibujos (para ir teníamos Trolls) y luego pelis para los papis. Nos llevamos la cena desde casa, porque aunque hay restaurante, nosotros viajamos muy low cost. Vamos en camarote por la peque, si no, hacíamos el viaje en butaca gran confort, durmiendo con otras 20 personas más. Pero ahí sí que no meto a la peque, que por cierto durmió como un tronco y sin problema. Parece que el dormir en cualquier lado, siempre que sea con mami o papi ha salido a mi, porque yo también eché alguna cabezadita, lo que no se puede decir de medio limón.

Pero daba igual!! Estábamos de vacaciones. Los tres juntos. Lo echaba de menos. Y es que necesitábamos salir de la ciudad. Sabíamos que al volver tendríamos los problemas esperando, pero nos prometimos dejarlos a un lado y disfrutar las dos semanas que nos íbamos al norte a ver a la familia. Y es que no hay nada como tener un pueblo.

Sinceramente, si no fuera porque tengo la suerte de tener dos pueblos (el de mi madre y el de mi padre) para poder veranear, este año nos tendríamos que haber quedado en casa, literalmente, porque ya sabéis cual es nuestra situación y no podíamos gastar ni un euro. 

Llegar allí y sentirte como en casa no tiene precio. Mis padres nos esperaban ansiosos en la estación, pues llevaban una semana sin ver a su nieta. Sí, no nos esperaban a nosotros, eso lo tenemos claro desde que la peque llegó al mundo. Nos fuimos a desayunar y la peque ya cogió a su abuelo por banda y le dijo: vamos a jugar, vamos a correr, vamos a saltar, vamos a ver los patos, vamos, vamos, vamos. Y es que a la hora de juego y diversión no hay nadie mejor que el abuelo.

Después de un rato de juego y diversión tocaba coger el coche. Esta es la parte negativa. No estamos acostumbrados a tener que coger mucho el coche y allí lo necesitas para moverte casi a cualquier lado. 
Como he dicho antes, este año aprovechamos dos semanas. La peque, el año pasado, se lo pasó tan bien, que pensamos que una semana era muy poco. Así que dos semanas con todas sus consecuencias. Y digo esto, porque sí, son dos semanas de desconexión, de naturaleza, de paseos, de ir al bar a ver a la gente y tomarte una cerveza, el ver divertirse a la peque, el ver su cara cuando ve animales que no ve en todo el año, si no es por la tele, y mil cosas más. Pero también es estar 24 horas al día con la familia. Y sí, son mis padres y los quiero mucho. Son los abuelos de la peque y la adoran como si no hubiese nada más en el mundo. Pero todos tenemos nuestra rutina, nuestro día a día, nuestras costumbres y porque no decirlo, NUESTRAS MANÍAS. Y yo la que más, claro que sí. 

Así que pasar, 7 días, codo con codo con mis padres, nos llevó a momentos de tensión, a momentos de risa, a momentos de dramas y es que mi madre y yo somos muy dramáticas cuando nos enfadamos y quien diga lo contrario miente. 

Para mi, este es el único contra de las vacaciones. Este y que parece que nos miró un tuerto. Porque yo no llevo el coche, así que me toca ir detrás a cual sardina enlatada con la silla de la peque y mi madre, en un viaje de una hora y media aproximadamente, para ir de pueblo a pueblo, pero este año no. Este año mi padre decidió que no quería conducir y que ya era hora de que me quitara ese "miedo" a conducir por carreteras comarcales, con curvas, camiones, subidas, bajadas, locos al volante,... Así que se cortó la mano. Madre mía, que susto al verlo. Y es que eso le pasa por trabajar en vacaciones, como le dijo el traumatólogo al verlo. Y lo peor es cortarse de esa manera limpiando una huerta que ni siquiera es suya, porque la gente no viene a limpiarlas, y tocan las casas ajenas (en otro post os diré porqué es importante que estas cosas se hagan. Este verano hemos tenido una dosis de realidad muy dura). 

La parte positiva. El resto. Sobre todo, como he dicho antes, poder ver a la peque disfrutar las 24 horas del día. Ver a esos familiares que nos ves en todo el año. Como por ejemplo mi abuela materna, la única que me queda. Disfrutar viendo como le cantaba la cucaracha y mi abuela se reía y rejuvenecía por momentos. Os digo que siempre que iba la peque a verla, se le pasaban todos los males de golpe!! jajaja.

Tengo un video medio preparado con fotos para que veais lo bonito que es, pero mientras tanto os pondré alguna. Y es que es un lugar mágico. De verdad. También estoy preparando otro donde os hablo de las ventajas y desventajas de viajar con la familia y es que este tiene mucha miga!!! jajajaja.

Ah!! y se me olvidaba hablar de una parte importante. Otra cosa buena que tiene el pueblo: LA COMIDA!!! Madre mía, allí no hay mesura. Todo es a lo grande. Los grandes chefs con mini platos no tienen cabida en este mundo. Os lo digo yo. Me puse las botas (lo negativo son los dos kilos que me engordé y menos mal que solo fueron dos. Uno por semana). Y es que todo está tremendamente bueno. Lo bueno de tener lechugas, tomates, cebollas, ... recogido del huerto en el momento antes de preparar la comida. Con sabor, textura, olor a verdura. Aixxx, luego pasa lo que pasa. Que llego a Barcelona y no hay tu tía que coma verdura y menos ensalada.
Otra cosa buena, el pan. El dichoso pan. Pan recién hecho que vas a buscar a la casa del panadero. Pan con miga, miga densa, miga buena, miga que tienes que pasar por el plato de la ensalada para rebañar lo que queda. Y es que... que rico todo.
Y la empanada? La carne? El caldo? Esto último por lo que me dicen, que yo no lo como. No es que me guste especialmente el caldo, pero oye. El resto me lo zampo sin pensar. El jamón de casa, los chorizos, el pollo de corral hecho con salsita. Madre mía. Las costillas. Y es que podría seguir así horas. Así que mejor os dejo una foto del pulpo. Porque sí, ir a Galicia y no comer pulpo a feira es un delito y más cuando nosotros fuimos expreso a la feria del pueblo para eso. Comer pulpo, mi padre y yo y mi medio limón darle al pan con aceite.

 

Después de una semana en Trabazos, el pueblo de mi madre. Donde tenemos una casa para nosotros 5 y donde medio pueblo es familia de otro medio, pusimos rumbo a Prada. El pueblo de mi padre y es que es como vivir en dos mundos diferentes.

Trabazos es el lugar idóneo si necesitas desconectar, descansar, tanto del mundo 2.0 como de tu realidad. Vives en una burbuja. Te traen casi todo. El panadero viene cada día con su furgoneta. El pescadero, incluso recuerdo que de pequeña, una vez al mes venía el del menaje de cocina y varios. Ese día las mujeres del pueblo se ponían todas a hacer cola incluso antes de que llegara. Sí, sí, a lo modo rebajas del Corte Inglés, el primer día en la puerta.

En cambio Prada, tiene lo mismo, pero son dos pueblos diferentes. Y los llamo pueblos, pero en realidad son aldeas, porque no solo están las casas. En Trabazos tenemos un bar que abre de 7 de la tarde a 9 o 9.30 y lo tenemos en la antigua escuela. En Prada, la cantina, está cerrada desde hace años. Si quieres tomarte una cerveza, coge el coche o camina unos cuantos kilómetros. Así que sí, para desconectar es el paraíso. La vida ahí es de otra manera. Tiene un ritmo completamente diferente. Es mucho más slow. Con deciros que una tarde pedimos la cena en un bar de un pueblo cercano, nos trajeron la bebida y entre pinto y valdemoro pasaron 45 minutos cuando nos trajeron la cena y eran bocadillos, hamburguesas, patatas y poco más. Sí éramos 12 con los críos, pero eso no quita que si hubiese ocurrido en Barcelona hubiésemos puesto el grito en el cielo. En cambio mis primas me dijeron, pues han tardado poco. Y mi cara de WTF???!!! no me la quitaron en toda la noche.


Lo único malo de este año ha sido no poder dormir en casa de los abuelos. Somos muchos, no sé si alguna vez os lo he dicho, pero mi padre son 11 hermanos y en verano, aunque sería precioso poder reunirnos TODOS, es casi imposible, pero los que vivimos fuera, siempre tienen su casa abierta y su habitación preparada. Los jóvenes, en cambio no tenemos esa suerte, y no es la primera vez que me toca ser una peonza y pasar de habitación en habitación. Porque aunque mi padre se canse de decir, que el primero que llega escoge la habitación que quiere, es mentira. Ahí las habitaciones tienen nombre, os lo digo yo. Y este año teníamos menos habitaciones por no poder entrar en una de las casas, por miedo que la pared de la casa colindante se viniera abajo. Así que, este año, sí o sí, nos tocó dormir fuera. Por suerte siempre existe la opción de los hostales en O Barco y fue nuestra opción. Bueno, bonito, barato. Lo que podíamos pagar y nos sentó de maravilla poder desconectar, también, de la familia, aunque fuera para la hora de dormir y el desayuno. Poder estar los tres solos de vez en cuando también era algo que necesitábamos. 

Este año ha sido un verano extraño, porque además, sufrimos la pérdida, pocos meses antes, de la matriarca de la familia. Mi abuela paterna nos decía adiós el primer fin de semana de mayo. Y allí estuvieron sus 11 hijos, reunidos. 

En fin... el verano, otra cosa buena que tiene son las fiestas de los pueblos y las orquestas. Bailar, beber un copita, pasarlo bien con la gente que te rodea. Pero este año no pudimos hacerlo. El luto se lleva muy adentro y por eso decidimos que lo mejor era seguir los pasos de los mayores y este año, nada de fiestas. Y cuando digo nada, es nada de nada. Mis padres les encanta bailar, han ido a clases de bailes de salón y ellos son los que me metieron el gusanito del baile dentro. Pero este año no fuimos a la plaza a darle al pasodoble, no salimos en la verbena para preparar la queimada. Es extraño, pero era lo que se tenía que hacer, porque sinceramente. ¿Cómo le explicas a una niña de 3 años que oye la música y quiere bailar con sus abuelos, que los abuelos no pueden bailar porque están de luto? Ella sabe que la bisabuela se fue a las estrellas, donde nos protege y nos cuida. Pero de ahí a que los abuelos no puedan divertirse con ella hay un abismo. Así que este verano, los jóvenes, para que esto no nos pasara decidimos hacer mutis por el fondo y los que estábamos allí marcharnos a cenar a algún otro pueblo cercano, donde los niños pudieran estar juntos y jugaran.

Lo bueno de tener un pueblo es eso. Poder ver a tus amigos y/o familiares, que no has visto en todo el verano. Poder disfrutar del campo, de los animales, de todo lo que te rodea. De poder tomar un respiro de la ciudad. De poder gritar al viento. Salir a pasear a cualquier hora. Dejar a la peque campar a sus anchas y mil millones de cosas más.

lunes, 4 de septiembre de 2017

LA VUELTA DE MAMI RECIENTE CUENTA

Ya hace una semana que he vuelto al trabajo. Pero con el lío de volver, la peque con el padre en casa y todo lo que conlleva volver no había dicho nada.

Pero sí, ya estoy de vuelta. Con las pilas cargadas, con nuevos temas de los que hablar, tanto de mi, como de mi maternidad.

Y después de hacer el video para Nuts for gifts, me picó tanto el gustillo de los vídeos que he decidido dejar el miedo escénico a un lado y tomar un nuevo camino con los videos. 

Para no saturarme y sobre todo para ver qué tal van, he decidido que lo mejor que puedo hacer, es grabar un video al mes. Si luego me pica más, haré más videos, con más temas, porque se me ocurren muchisimos, pero quiero tenerlos solo en los videos. Que a mi, lo que más me gusta, es escribir y como me dicen en la familia, es la forma en la que mejor me expreso.

Y con esto, solo deciros que esta semana ya tendré nuevo post con las vacaciones. Pronto, si todo va bien, un nuevo video, con las fotos de nuestro destino y poco a poco la rutina volverá al blog. Ya sabéis que normalmente publico los miércoles. 

Así que os espero, en este, mi pequeño rinconcito, para todos aquellos que me querais leer, me dejeis mensajes y si algún dia os apetece proponerme nuevos temas, acordaros que siempre estoy abierta a hablar.