viernes, 27 de septiembre de 2019

#VDI 2: AMISTAD

Y hoy vuelvo a participar en la iniciativa #VDI de Madres Sueltas con un post sobre.... Hoy toca AMISTAD.

¿Qué significa la palabra amistad para mi? ¿Qué es lo que me transmite? 

Soy una persona que de buenas a primeras no abre su corazón y tiende a ser algo introvertida. Ya sabéis, eso de mirar, escuchar y callar, hasta conocer. Soy desconfiada y es que, las pocas veces que he confiado ciegamente en alguien, he sentido su puñalada trapera por la espalda en el peor momento de mi vida. 

No soy una persona con mil millones de amigos, pero es que no lo quiero. Me gusta tener pocos, atesorarlos, cuidarlos y que sean VERDADEROS AMIGOS. Por ello, en mi mundo 1.0 tengo a 3 grandes amigas, a las que apoyo, a las que echo de menos cuando no están cerca, a las que adoro y quiero. Con ellas la palabra amistad se convierte en FAMILIA, tanto es así, que son las titas de Carlota y nos las cambiaría por nada del mundo.

Si cierro los ojos y pienso en la palabra amistad con ellas me viene: Instituto, Universidad, Maremagnum, Chupitos de Whisky, Crucero, fiestas improvisadas, Conciertos, fiestas en la playa, cervezas, bodas, abrazos, charlas infinitas, cumpleaños, recuerdos, risas, lloros, juego del hielo, carnaval, juego de las películas, cafés, cenas, confidencias. 

Eso son ellas para mi. Lo son todo. Y aunque ahora nuestras vidas son una locura y muchas veces, tenemos que para y decir, BASTA! Tenemos que vernos. Sé que si las necesito, todas ellas estarán conmigo a mi lado. Porque la amistad no es estar al lado de alguien en sus malos momentos. Si no también, apoyarla en sus decisiones, estar ahí cuando se equivoca para tenderle una mano. Abrazarla y llorar con ella, de pura felicidad. 

Así que JOANA, ANNA, SANDRA. Sois esa hermana que siempre quise tener y, que el destino os puso en mi camino. Os quiero.



Pero la amistad, hoy día, no solo la tengo en el mundo 1.0, si no también en el 2.0. Como decía la semana pasada, hay gente que conoces en internet y puede ser que no congenies, sea por lo que sea y con otras personas, irías hasta el fin del mundo. Así son las personas con las que mantengo conversaciones vía whatsapp, teléfono, mails,... Así son ellas. Mi TRIBU VIRTUAL que quiero y que respeto. 

Necesitaba encontrar mujeres con las que poder hablar de lo que fuera. Sentirme mala madre sin que me juzgaran. Decir, cogería a la peque y la tiraría por la ventana (sin tener qeu justificar que la adoro y que simplemente tiene un mal día). 

Llevo tiempo en el mundo de la blogsfera, pero es ahora, desde hace unos pocos años, donde he encontrado a esas mujeres y que no las cambiaría por nada del mundo. Porque cuando una tiene un mal día o una mala racha, las demás estamos ahí. Cuando nos pasa algo bueno, es a las primeras personas que escribes o llamas. 
Hoy después de dos años me he vuelto a meter en un pantalón vaquero que tenía olvidado en el armario y después de enseñárselo a mi medio limón, les he escrito un mensaje al grupo para celebrarlo con ellas. 



LA AMISTAD ES ESTAR SIEMPRE AHÍ. PARA LOS BUENOS Y MALOS MOMENTOS. CONFIAR CIEGAMENTE Y QUERER A ESA PERSONA. CONOCERLA TANTO COMO TE CONOCES A TI. 

Y no menos importante, pero también tengo a un chico en mi vida al que llamo MEJOR AMIGO. Y es mi medio limón. Creo que el amor y la amistad van de la mano y no podría estar enamorada de él, si primero no fuera mi mejor amigo. La persona a la que llamo en cualquier momento. La persona que me apoya ciegamente. Al que siempre le tenderé la mano. El que siempre me hace reír en los peores momentos. Al que le tengo que pedir un abrazo, porque es más cerebral que yo, pero que me demuestra día a día lo mucho que me quiere con pequeños gestos.


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jueves, 26 de septiembre de 2019

ÚLTIMO AÑO DE PREESCOLAR. EL TIEMPO PASA DEPRISA

Este año decimos adiós a otra etapa. Nuestra peque empieza P5 y con ello, su último año en infantil. El año que viene primero de primaria y solo de pensarlo me estremezco.

¿Cuándo creció tanto? Atrás quedan esos momentos de tensión donde la peque no quería ir al cole, porque papi y mami no estaban. Atrás quedan las primeras veces de muchas cosas. Atrás queda ese bebé que ha crecido y se ha convertido en un niña sensible y con carácter

Ya sabéis que estas vacaciones me han servido para reconectar como persona y como madre. Sobre todo esto segundo. He podido disfrutar de la peque, durante 24 horas, todos los días de nuestras vacaciones y me he dado cuenta de que el tiempo pasa volando y que si no aprovechamos cada momento, esto no volverá y te arrepentirás toda la vida.




Por ello, aunque ha sido un verano intenso, he intentado hacer cosas con ella. He intentado conectar, hablar, reír, jugar, pero sobre todo, pasar tiempo juntas. Y esto me ha ayudado a conocer todavía más a mi hija.

Así que solo vengo para deciros esto. 

APROVECHAD CADA SEGUNDO QUE TENGÁIS EN ESTAR CON ELLOS, EL DÍA DE MAÑANA, SON LOS RECUERDOS QUE ELLOS TENDRÁN Y QUE ATESORARÁN CON MUCHO AMOR.



Último año en infantil. Atrás queda el cole de los peques y empieza el cole de los grandes. Por suerte, para ella no será un gran cambio, porque seguirá en el mismo centro, con los mismos amigos y su alrededor será el de siempre. 

Sí, me dan miedo los cambios con ella. Estoy intentando enseñarle que los cambios no son malos, que debemos ir con cuidado, pero tenemos que lidiar con ellos  y muchas veces, los cambios nos traen cosas nuevas, aventuras inesperadas que nos hacen tener más sabor en nuestro día a día. 

Ya lo he dicho muchas, muchísimas veces. Estamos encantados con el cole que elegimos para ella. Aunque mi medio limón tenía reticencias con él, el primer año cambió totalmente de opinión y es que está siendo un sitio de referencia para ella. Donde las profesoras que ha tenido, se han volcado, no solo en su educación, si no también en ella, como persona que tiene sentimientos, que crece día a día y que el día de mañana tendrá que salir al mundo y decir...Eh! Aquí estoy yo. 

Estoy muy agradecida por ello y aunque el tiempo pasa deprisa y no se puede parar, porque el mundo sigue girando. Tengo claro que ella, mi niña, afrontará, el curso que viene, el cambio sin mayor problema. 

Así que este año le diremos adiós a preescolar, pero le diremos un adiós disfrutando cada minuto en el cole, con sus compañeros, su nueva profe. Con sus clases sobre los continentes (este año se llaman América), conociendo su flora, su fauna, su cultura,... Sus clases de música e inglés, sus excursiones, manualidades, canciones, lecturas, escrituras, y mil millón de cosas más. 

¿Y vosotros? ¿ Cómo lleváis el paso del tiempo?



viernes, 20 de septiembre de 2019

#VDI 1: PIÑA

Como no podía ser de otra manera, me uno a Madres Sueltas y su #VDI, un carnaval para bloqueros, instagramers, facebookeros o twitteros, donde solo tenemos que participar diciendo qué nos inspira la palabra escogida.



Para esta semana han elegido la palabra piña

Piña... Piña... Piña... 

Babeo solo de pensar en la fruta. Me gusta mucho. 

Sí, soy de las que les encanta la piña en la pizza. Y me da igual que me crucifiquéis, es de mis favoritas 😜

Pero realmente, de un tiempo a esta parte, la palabra piña me inspira...

AMISTAD


AMOR


HERMANDAD



Una de las mejores cosas que he tenido este último año y pico son ellas, MI TRIBU, mis amigas, mis confidentes, mis piñas.

Lo que hace que cada vez que vea una piña, haga una foto y se la envíe. Prueba de ello, es esta foto de unas minivacaciones. No me pude resistir al ver la foto y enviársela para reírnos un rato, porque no lo sabéis pero la piña está de moda.


También os puedo decir, sé que tatto me voy a hacer la próxima vez que pueda. Este, me enamoré solo verlo y necesito tenerlo siempre conmigo para que me recuerde a cada una de ellas. 



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lunes, 16 de septiembre de 2019

SUEÑO INCUMPLIDOS. CORAZÓN ROTO.

Todos los que me leéis y seguís, sabéis que desde hace algún tiempo, estamos intentando ampliar la familia.

Ha pasado un año desde que, con muchas ganas e ilusión, nos tirábamos a la piscina a la búsqueda de este nuevo bebé.

Las ganas de cumplir otro de nuestros sueños, haciendo crecer nuestra familia y tener otro peque revoloteando por casa, empezaba a tomar forma y no sólo como un proyecto a medio plazo, si no como uno que ya estaba ahí, con nosotros.

Pero este no ha sido un buen año para nuestra familia, en este aspecto. No sé si era porque nos pilló más jóvenes, más descansados, con menos quebraderos de cabeza,... Pero con Carlota, a los tres meses de intentarlo llegó el ansiado positivo. Lo que nos hizo creer, ilusos de nosotros, que esta vez sería "igual de fácil". 

Pero eso no ha sido así. Nos ha costado mucho, tanto que los meses han ido pasando y hemos llegado a un año de búsqueda. Nuestras ganas y nuestra ilusión pasaban a un desasosiego que no nos dejaba vivir tranquilos y repercutía a la familia. Nos estaba pasando factura, sobre todo a mi, que me he culpado desde el primer momento al ver que no llegaba este positivo tan querido y tan soñado. Tanto que me he obsesionado hasta límites que no creía llegar.
Estas vacaciones nos ha servido (mas bien me ha servido) para parar en seco y empezar a darme cuenta que estaba cayendo en un agujero negro.


Me estaba perdiendo a mí misma. Toda esta obsesión no me dejaba ver nada más de lo que me rodeaba.

Soy una persona que cuando desea tener algo o se pone una meta. Lucha, lucha y lucha hasta conseguirlo. Tanto que me obsesiono, pienso, busco información, mil y una cosas para llegar a mi meta. Soy así desde siempre y aunque intento no obsesionarme, como veis esto no va conmigo. 

Así que en el momento en que mi medio limón y yo decidimos que queríamos ampliar la familia, puse pies en polvorosa, solo pensando en la meta. Empecé a soñar con ese futuro que iba a llegar muy pronto. 

Durante este año, nuestros encuentros han sido estudiados y planificados. Todo nos ha llevado a no disfrutarlos y llegar a ser tediosos. 
Tanto era así, que terminábamos sin poder disfrutar no solo de este momento íntimo, si no de nuestros momentos como familia, por estar hastiados de la situación.

Os hablo en plural, pero mientras escribo esto, sé que realmente todo esto me pasaba a mi. Mi medio limón siempre ha sido más cerebral que yo y aunque él siempre ha querido tener dos o más hijos, no le llevaba por la calle de la amargura que no llegara, aunque cada mes cuando le decía que no había podido ser, siempre me decía que se había ilusionado con la idea.

En fin, un día de estas vacaciones nos fuimos los tres con una gran amiga mía, a la playa. Ella me conoce desde hace muchos, muchos años y por eso sabía que algo me pasaba:


ESTÁS MUY AGOBIADA. SOBREPASADA CON TODO. ¿VERDAD?


Como os digo, se nota que me conoce. Después de hablar con ella, de verla otro día y de contarle el por qué me sentía así me dijo... escribe, escribe un diario donde todo lo que tengas que sacar se quede plasmado. 

Así lo hice, durante unos días, por la tarde, cogía una libreta y escribía mis pensamientos. Pensamientos, deseos y temores enterrados que querían y gritaban por salir. 

Queremos ser padres de nuevo. Queremos que la peque tenga un hermano. Queremos ser una familia de 4. Pero este sueño que yo tanto he anelado, que tanto he querido, no puede ser que destruya la familia que tengo ahora. Que mis sueños se antepongan a ellos y a mi misma, no puede ser. 

Escribiendo me di cuenta de algo. Cuando decidimos ir a por el segundo, nuestro futuro era algo incierto, pero teníamos cosas en el aire que pensábamos que saldrían. No solo eso, si no que pensábamos que nos ayudarían a que este nuevo bebé viniera con un pan bajo el brazo. 

No. No ha pasado. Todo lo contrario. Pero yo no quería verlo, miraba hacia otro lado pensando, a lo mejor si llega, nuestra suerte cambia. A lo mejor si me quedo embarazada, da el pistoletazo de salida a cosas realmente buenas

El estar pendiente de la cuenta bancaria, de llegar a final de mes, hacía que me sintiera mal. Me sentía mal porque no quería ver nuestra cruda realidad. Monetariamente hablando, NO PODEMOS TENER OTRO HIJO. 


Si tnemos otro hijo tendremos que renunciar a muchas cosas. Algunas de ellas, tanto mi medio limón como yo estábamos dispuestos a renunciar. Pero no quiero que mi hija renuncie a su colegio, a su entorno, a su casa, a sus amigos, a sus clases de música, canto, deporte,... 

Así que una mañana, a finales de nuestras vacaciones, nos fuimos los tres a dar un paseo. Mientras la peque estaba en los columpios, mi medio limón y yo hablamos de lo que realmente tenía que ser importante para nosotros y de nuestra cruda realidad. Por mucho que queramos nuestros sueldos de mileuristas no nos da para mucho gracias a vivir en el país que estamos. Tenemos que pagar una millonada por un alquiler (aunque nosotros no nos podemos quejar, porque dentro de lo que cabe no pagamos tanto), artículos de primera necesidad están por las nubes y hace que a final de mes, en mi casa tengamos que atarnos el cinturón de una manera exagerada. Ya no os digo nada cuando tenemos un imprevisto. Por todo esto y por más, si viene otro bebé no sabemos qué será de nuestro futuro, lo que es seguro es que si ahora nos cuesta llegar a final de mes, con otra boca nos será imposible seguir.

Pero realmente me da rabia. Me da rabia pensar que tengo que renunciar a este sueño por culpa del dinero. Sí, es verdad, el dinero puede que no dé la felicidad, pero hace que puedas dormir más tranquilo y no tengas que renunciar a ciertas cosas.

¿Por qué tengo que quitar a la peque lo que tiene y le hace feliz, por cumplir un sueño que puede quitarle todo esto?


Así que en medio de lágrimas y abrazos, decidimos que finalmente, nuestra pequeña será hija única. Ya que, aunque muchos me han dicho... 

No te preocupes, a lo mejor puedes volver a ese sueño más adelante

No, no puedo. No quiero ser madre a los 40, y no veo mal que otras personas lo sean, pero yo no quiero ser una abuela con un hijo adolescente. Mi medio limón ya pasa de los 40 y él ya nota el peso de todo esto. Así que para nosotros el tren de aumentar la familia ha pasado. 



No quería darme cuenta. No quería pensar que todo esto me pasara a mi. Pero como he dicho, no puedo dejar que un sueño destruya lo que ya tengo y pienso que si sigo, este agujero negro acabará con todo. 

Puede que desde fuera lo veáis de otra manera. Pero nosotros no hemos visto más opción y por ello, me he pasado días y días sumida en un profundo dolor. Una gran amiga me dijo: Tienes que pasar el duelo de una pérdida, porque aunque no ha llegado, tu sueño estaba ahí y ahora ya no. 

Es así, día a día duele menos, pero eso no quita que tenga días malos. Eso no quita que finalmente me sienta mal conmigo misma por no poder llegar a ello. Y mientras termino de escribir este post, mis lágrimas anegan mis ojos y mi corazón se rompe en mil pedazos.