¡Madre mía! sí que ha llovido desde que colgué mi última receta. Y es que como ya dije ayer en facebook, me encanta cocinar, pero desde que soy mami, el tiempo en la cocina ha ido bajando, por la demanda de la peque hacia mi cuando quiero encerrarme allí.
Por suerte, ahora empieza a interesarse por ella y a mi me encanta, porque me da la posibilidad de estar con ella y de cocinar.
Hace unos días hice uno de mis platos estrella en casa. Estrella para mi medio limón y para mi, porque a la peque no hay manera de que le guste la pasta. Supongo que con el tiempo cambiará, pero mientras tanto, ella es feliz con sus verduras, su arroz, sus lentejas, carne (sobre todo el pollo),...
Así que hoy, después de tanto tiempo os traigo esta receta. Fácil, rica y sobre todo, que se puede hacer, dejar guardada y degustar cuando te apetezca.
Los ingredientes son los siguientes:
- Un manojo de albahaca fresca
- 2 o 3 dientes de ajo (dependiendo si te gusta picante y cuántas personas seáis)
- AOVE
- Queso Parmesano reggiano, rallado (si lo rallas en casa, le da un gusto más bueno y diferente)
- Queso Pecorino
- Tomates secos (o macerados en aceite)
Esta receta es muy, muy sencilla y lo único que necesitas, aparte de los ingredientes es tener una batidora.
Empecemos. Lo primero será poner en el vaso de la batidora la albahaca, pero solo las hojas, el tallo no hace falta para esta receta. Después poner los ajos, como los pasas por la batidora los puedes dejar enteros, pero yo siempre los corto un poquito.
Si tienes Parmesano y Pecorino sin cortar, lo rallas o lo cortas. Dependiendo si te gusta encontrar trozos de queso en la sala. Yo primero lo rallo y luego al vaso de la batidora. Si no tienes Pecorino, puedes poner solo Parmesano, pero el Pecorino es un queso algo más fuerte, más salado que le realza el sabor del queso.
Por último se ponen los dos ingredientes que quedan. Los tomates secos, que deben haber estado macerados en aceite (mejor que con agua, pero también sirve con agua, ya que echas luego el aceite).
Si los compro secos, los pongo en un pequeño bol con el aceite que creo que utilizaré para la salsa, así lo añado todo junto. Luego, si veo que la salsa queda demasiado espesa, le voy añadiendo el AOVE.
Como véis no tiene mucho misterio. Después toca batir y probar para que notes el gusto, a nosotros nos gusta que tenga matices de la albahaca, pero que se note sobre todo el queso y el tomate. Si cuando lo pruebas, notas que le falta un poco de algo, solo añádelo y bate. Yo suelo añadir, siempre, más tomates.
Así que cuando tienes la salsa hecha solo queda pasta. Esta vez compré pasta fresca recién hecha en el mercado, donde han abierto una tiendecita de productos italianos. Pero os seré sincera.... No me importaría hacer pasta fresca en casa, tiene que estar tan buena, solo necesito que alguna alma caritativa me regale el aparato de pasta que ya va acoplado a mi amasadora.
Para hervir la pasta, solo tienes que seguir las instrucciones de cocción y listo.
Para que quede todo bien impregnado, si haces mucha pasta, lo que suelo hacer es poner un poco de salsa en el bol donde vaya a poner la salsa, luego echar algo de la pasta y remover. Después poner otro poco de salsa y pasta y volver a remover. Así hasta que acabo con la pasta. Si he hecho salsa para que sobre. La guardo en un tupper, dentro de la nevera. Porque este pesto te queda bien hasta para la carne.
Si tienes Parmesano y Pecorino sin cortar, lo rallas o lo cortas. Dependiendo si te gusta encontrar trozos de queso en la sala. Yo primero lo rallo y luego al vaso de la batidora. Si no tienes Pecorino, puedes poner solo Parmesano, pero el Pecorino es un queso algo más fuerte, más salado que le realza el sabor del queso.
Por último se ponen los dos ingredientes que quedan. Los tomates secos, que deben haber estado macerados en aceite (mejor que con agua, pero también sirve con agua, ya que echas luego el aceite).
Estos tomates, exactamente, me los regaló mi suegra. Son de Italia y tienen un sabor muy intenso. |
Como véis no tiene mucho misterio. Después toca batir y probar para que notes el gusto, a nosotros nos gusta que tenga matices de la albahaca, pero que se note sobre todo el queso y el tomate. Si cuando lo pruebas, notas que le falta un poco de algo, solo añádelo y bate. Yo suelo añadir, siempre, más tomates.
Así que cuando tienes la salsa hecha solo queda pasta. Esta vez compré pasta fresca recién hecha en el mercado, donde han abierto una tiendecita de productos italianos. Pero os seré sincera.... No me importaría hacer pasta fresca en casa, tiene que estar tan buena, solo necesito que alguna alma caritativa me regale el aparato de pasta que ya va acoplado a mi amasadora.
Para hervir la pasta, solo tienes que seguir las instrucciones de cocción y listo.
Para que quede todo bien impregnado, si haces mucha pasta, lo que suelo hacer es poner un poco de salsa en el bol donde vaya a poner la salsa, luego echar algo de la pasta y remover. Después poner otro poco de salsa y pasta y volver a remover. Así hasta que acabo con la pasta. Si he hecho salsa para que sobre. La guardo en un tupper, dentro de la nevera. Porque este pesto te queda bien hasta para la carne.
Como digo, lo mejor es tener todo natural, porque le da un sabor taaaaaaaaaan bueno, taaaaaaaaaaan fuerte, pero a la vez, taaaaaaaaaaan suave.
¿Y tú has probado el pesto rojo? ¿Te ha gustado? ¿Lo has hecho de manera diferente? ¡Cuéntamelo!
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