miércoles, 23 de octubre de 2019

AUTOESTIMA EN LOS MÁS PEQUEÑOS. MOTIVARLOS E INSPIRARLOS ES LO MÁS IMPORTANTE

Uno de los temas que siempre me han preocupado en mi maternidad es el tema de la autoestima


Nosotros como padres, debemos fomentar y ayudar a nuestros hijos a que crean en sí mismos y en sus posibilidades, aunque queramos protegerlos del mundo y de todo lo malo que se puedan encontrar, la frustración no es mala y tener recursos y maneras para combatir malos momentos y seguir adelante es lo primordial.


Pienso así, porque de pequeña mi autoestima siempre fue 0. No tuve con quién hablar de ciertos temas, ya que no me generaba mucha confianza el hablarlo con mis padres. Han sido unos buenos padres, nunca me ha faltado nada, pero a veces, en el tema sentimental e intangible, sí han carecido de ciertas cosas para ayudarme. Así que crecí pensando que no era buena para muchas cosas y todo eso, durante media vida me frenaron para seguir aquello que más quería.


Pocas personas saben lo que os voy a contar, pero yo de pequeña soñaba ser bailarina. Bailarina de danza moderna, nada de clásica, que no me gusta el tutú. Me gustaba y me gusta bailar. Es más, cuando tengo un mal día, lo que siempre lo mejora es poner música a todo volumen y bailar como si no hubiese un mañana. Pero me daba vergüenza decirlo en alto, porque sabía que no me tomarían en serio. Los primeros, mis padres, que se hubieran reído de mi. Luego el resto del mundo. Era una niña con un problema de peso y es que de pequeña me diagnosticaron crecimiento precoz y tuve que tomar hormonas para parar aquello y siempre tenía hambre y comía y comía y me puse realmente gorda. Así que imaginaros decir en voz alta, quiero ser bailarina cuando lo único que le importaba a la gente (y a mi) era el peso. Nunca me he querido mucho a mí misma y he tenido que aprender día a día a hacerlo, a decirme cosas positivas y dejar de lado el pensamiento positivo.


Por suerte, en mi vida me he cruzado con algunas personas que sí han creído en mi, en mi potencial y me han ayudado a quererme más, a creer más en mí misma y en mis posibilidades. He visto que la autoestima es muy importante para nuestro día a día. Es un bien intangible que debemos cuidar y fomentar y por ello, intento día a día ayudar a la peque a que crea en ella, en sus posibilidades, que no se cierre una puerta antes de tiempo. Creo que la valoración positiva ayuda a ello y es uno de los puntos fuertes en nuestra casa.


Tenemos que tener cuidado y pensar antes de hablar. Muchas veces no nos damos cuenta, pero nuestras palabras o nuestros actos pueden crear desazón, tristeza o baja autoestima en nuestros hijos. Lo mismo pasa con nuestras acciones. Da miedo dejarlos volar a su aire, pero no podemos sobreprotegerlos y hacer todo por ellos, porque crecerán pensando que mamá o papá lo harán todo, porque él no es lo suficientemente listo para hacerlo.


¿Sabéis cuántas veces se ha equivocado mi hija con 5 años? Cientos, pero pensamos que es mejor que aprenda de sus propios errores. Creemos que tenerla dentro de una burbuja no le beneficiará para un futuro. 


Los más pequeños necesitan que sus padres los apoyen, pero también que los guien y alienten, para llegar a ser lo que ellos desean. Es difícil y se debe trabajar en ello cada día. Todo esto les ayudará a que un futuro podrán desarrollar más actitudes positivas, tomarán decisiones por sí mismos, vivirán experiencias de provecho y se sentirán bien consigo mismas por tener metas que alcanzar.


Por todo esto, debemos evitar:

SOBREPROTECCIÓN 


A veces nuestros miedos nos sobrepasan y eso hace que sobreprotejamos a nuestros hijos. A mi me pasa. De pequeña no lo pasé bien en el colegio y eso hizo que me aislara, me convirtiera en alguien que no era y tengo miedo de que le pase lo mismo a ella.




 
Por eso, sin pensarlo, a veces la sobreprotejo demasiado y esto no es bueno. Claro que debemos proteger a nuestros hijos, pero no es lo mismo protección que sobreprotección, porque lo que estamos haciendo es llevarlos a ser pesonas inseguras, que no tengan confianza en sí mismos. Llegando a tener fobias o ser personas pesimistas.



MINIMIZAR SUS LOGROS


A todos nos cuesta hacer las cosas. Y aunque pensemos que lo que hacen es fácil, para ellos puede ser un mundo. Por eso, no minimicemos sus logros. Celebrémoslos. 

Si veis que para él o ella hay cierta dificultad en ejecutar una tarea, pero quiere hacerlo solo, dejadlo, terminará haciéndolo, pero cuando termine, no le digáis que es fácil o que lo hubieráis hecho más rápido (sí, no digáis que no, porque todos en algún momento hemos soltado una perla así). Celebrar con él su logro. Hacer que se sienta orgulloso y recordarle que puede hacerlo y que si se frustra, si no puede, si ve que necesita ayuda, solo tiene que pedirla y nosotros lo ayudaremos. 



 
Celebrar sus logros, hacer que se sienta bien consigo mismo, le ayudará en un futuro a no tener miedo a nuevos retos, por muy difíciles que sean. En cambio, si minimizas estos pequeños-grandes logros, lo desaniamarás de tal manera que cuando crezca, no querrá salir nunca de su zona de confort y todo cambio le frustrará y no podrá con ello.



EVITAR QUE COMETAN ERRORES


Hace unos pocos meses empezó un nuevo director general en la empresa que trabajo. El día de su presentación a todos los trabajadores (somos una oficina pequeña de 35 personas) él mismo nos habló de cometer errores y nos animó a tenerlos.

Nos animó a que innovaramos, que buscáramos cosas que ayudaran a mejorar nuestro trabajo día a día, el ambiente laboral en general,... Y por ello, nos alentaba a salir de nuestra zona de confort y hacer cosas nuevas. Pero nos repetía que no pasaba nada por cometer errores, pues somos humanos y los cometemos. No tenemos que tener miedo a caernos, porque nos volvemos a levantar y de los errores, siempre se aprende algo.



 
Esto, lo debemos aplicar en casa. No solo a nuestros hijos, si no a nosotros mismos. 


Personalmente, a mi me han machacado mucho cuando he cometido errores. Tanto es así, que hoy día, cuando tengo uno me autoflagelo durante días y lo paso realmente mal. He sido así, muchísimo tiempo. Pero desde que estoy en esta empresa, he aprendido que todos podemos cometerlos y que está en nuestras manos, arreglar el error y seguir hacia adelante. Ya que no por cometer un error seremos lo peor del mundo, los tontos más tontos del universo y todo aquello que nos digamos a nosotros mismos de forma negativa para castigarnos. 

Con los niños pasa lo mismo. No queremos que se equivoquen. Queremos que destaquen en todo y por ello, no dejamos que se caigan. No dejamos que lleguen a ese error. No dejamos que les pongan mala nota.



Pero cada equivocación que tengan, es parte de su aprendizaje


Deben saber que no todo es perfecto, que ellos no son perfectos (la sobreprotección y el no dejar que se equivoquen lleva a niños ególatras que sentirán que el mundo es suyo) y que por equivocarse no pasa nada. Así se aprende. 

Sí, debemos dejar que se equivoquen. Aunque lo veas, déja que cometa ese error. Deja que se caiga. Lo que debes hacer es estar a su lado, apoyándolo. Tenderle la mano cuando veas que la necesite, pero no quitarle la oportunidad de aprender de ese error.



RESOLVER TODO POR ELLOS


No. Nosotros no podemos resolver todo por ellos. Deben ser conscientes de que tienen dos manos, dos pies, un cerebro y que pueden hacer las cosas por sí mismos. 

No podemos sacarles siempre las castañas del fuego. 

Sí, piensas que lo ayudas, pero realmente entorpeces su futuro. Muchas veces pensarán que no es su responsabilidad y que no tienen por qué resolver el problema. Pero esto nos llevará que en el futuro serán personas dependientes. 



 
No es lo mismo recoger siempre su habitación por él, que lo hagan ellos en el momento que vemos que están preparados. Este es un pequeño ejemplo, pero pasa con muchas más cosas. No solo en casa, si no fuera de ella también.

He llegado a escuchar que llamaban a una persona para hacerle una entrevista y les pedía un segundo para que su madre se pusiera al teléfono y hacer la entrevista por la hija. ¿Lo veis normal? 
  No lo es, pero a esta chica le han sacado siempre las castañas del fuego y piensa que todo será así siempre. Si no es su madre, será su padre, si no una amiga, un novio o quien tenga alrededor.

Nadie nace aprendido y cuesta mucho quitarnos viejos hábitos. Pero que se haya hecho siempre, no significa que esté bien hecho. 


Una de las cosas que más me ayudan con mi hija en el día a día son las afirmaciones positivas. Repetirlas a dirario ayudan a desarrollar la autoestima. Por ello, durante un rato, antes de irnos a dormir hablamos de nuestro día y siempre le recuerdo que ella es fuerte, capaz, audaz, divertida, sentida, amorosa y que puede con lo que se proponga siempre que ponga su empeño. Le recuerdo que no pasa nada por equivocarse, aunque si os soy sincera, me queda mucho que recorrer a mi y a ella para que esto no nos afecte del todo, pues su frustración cuando pierde, cuando ve que algo no le sale, es muy grande y por ello, intento trabajar día a día en este tema.

 
Creo que está en nuestras manos el inspirar a nuestros hijos, somos sus primeros referentes, los espejos donde ven su reflejo. Por ello, trabajar día a día la autoestima de los más peques nos traerá grandes cosas en el futuro.

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