martes, 9 de abril de 2019

CUANDO EL ENEMIGO ESTÁ EN CASA

Hoy vengo un post de desahogo de esos muy míos donde necesito sacar lo que llevo dentro, desde hace varios días, para expulsarlo de mi mente y de mi cuerpo. Porque poco a poco, esto me envenena.


Todos los que me leéis o me seguís por las RRSS sabéis que desde un buen principio tuve claro que había cosas que no permitiría con mi hija. Una de esas cosas es "obligarle" a ser quien no es por agradar a los demás.




Escribí sobre ello en el post: para cuándo braguitas de superheroes. Lo dejé claro, nosotros enseñamos a nuestra hija a ser independiente, a saber tomar sus propias decisiones, sabiendo las consecuencias que eso puede llevar. Que si quieres ser de una manera, que no se ajuste a los cánones impuestos por la sociedad, debes aprender a que ciertos comentarios te resbalen y saber defenderte en los momentos de mayor intensidad. 


Y todo esto, la peque, a sus casi 5 años lo tiene claro. Y me fastidia pensar que ella sí lo tiene claro y las personas más cercanas, las personas que nos rodean siguen con su mente cerrada, en un mundo arcaico.



La peque, por propia voluntad, un día me dijo que quería dejarse el pelo largo, pero por delante. Quería llevar un corte moderno que yo misma había visto, navegando por internet. Le dije que no habría problema, que lo dejara crecer y que solo cortaríamos la parte de atrás del pelo. Así hemos estado un par de meses. 


Pero ahora quiere volver a su corte de siempre. Le gusta, es cómodo, el pelo no le molesta y ella es feliz. Antes de ir a la peluquería le pregunté varias veces. ¿Estás segura de cortarte el pelo? ¿No querías dejártelo más largo?. Pero lo tenía claro. Quiero tenerlo como en verano. Me gusta corto. Así que ... ¿quién soy yo para decirle que no? Sí, soy su madre, pero si no veo que haga mal a nadie y ella es feliz así, para qué prohibirlo????


Pues por lo visto tenía que prohibirlo. Según alguien cercano, debo prohibir estas cosas, debo ser firme y que la niña se vista con vestidos y lleve el pelo largo, porque soy yo la que permite que pasen estas cosas, que la gente opine. Incluso han llegado a decirme que yo misma busco esa confrontación.

EVITA LOS PROBLEMAS HACIENDO LO QUE MARCA LA SOCIEDAD. PASA DESAPERCIBIDA Y ASÍ NO SE METERÁN CONTIGO, NI CON NADIE.  


Durante toda mi infancia tuve que vestir y llevar el pelo como mis padres querían. Es más, a mi nunca se me preguntó. Veo fotos y recuerdo lo mal que me sentía con esa ropa, lo mal que estaba con ese pelo, que solo hacía que molestarme.




Sí, yo era de esas niñas a las que sus padres le ponían un vestido, las merceditas y llevaban el pelo hasta el culo. Era la que cada domingo por la mañana, lloraba a mares, porque era el día que su madre le desenredaba el pelo y la paciencia no es una de sus virtudes. 


Cuando hice la comunión, yo cansada de los tirones y ella cansada de mis quejas continuas por un pelo que no me gustaba llevar taaaaaan largo, decidió llevarme a la peluquería y cortarme el pelo por encima de los hombros.


En el momento de llegar a casa, ardió Troya. Mis padres se pelearon. Mi padre no quería que me lo cortara y mi madre me llevó sin decírselo. Yo no lo entendía, ninguno de los dos se paró a preguntarme qué era lo que yo quería. 


Desde el momento en que supe que estaba embarazada, me prometí a mi misma que esto no pasaría. Dejaría que mi hijo o hija tomara las decisiones, que yo la acompañaría en el camino, que le daría mi consejo, pero la última palabra la tendría ella. 


Porque, ¿sabéis cuál es uno de los problemas más grandes que tengo en mi vida de adulta? LA INDECISIÓN, EL MIEDO A TOMAR DECISIONES. A NO SABER QUÉ HACER.


Porque siempre las tomaban por mi y en el momento en que me vi sola, delante de un acantilado, tomando mis propias decisiones lo pasé mal. Lo sigo pasando mal hoy día. Para mi, esto es un signo de debilidad muy grande y por ello, cada día me supero a mi misma y soy un ejemplo para ella. Por ello, no quiero que ella crezca pensando que no tiene ni voz, ni voto. No quiero que se sienta como yo. Quiero que sea decidida, fuerte y sepa tomar sus decisiones sin que ello le suponga pasar días de angustia.

DEBES SEGUIR LO QUE ESTÁ IMPUESTO POR LA SOCIEDAD. TU FELICIDAD NO ES IMPORTANTE SI CON ELLO NO SIGUES EL CÁNON ESTABLECIDO. ES MÁS IMPORTANTE LO QUE PIENSEN LO DEMÁS. TU FELICIDAD ES SECUNDARIA



Así que el enemigo lo tengo en casa. Lo he tenido siempre. Y aunque de pequeña fui sumisa y acaté órdenes. Hoy día no pueden seguir diciéndome lo que hacer o lo que no. No pueden decirme que la felicidad de mi hija es secundaria. Que lo importante es seguir al rebaño.


Yo he seguido al rebaño. Hasta hace unos años, lo que los demás pensaran de mi era LO MÁS IMPORTANTE. Si pensaba que me iban a decir algo, o que iba a llamar la ateción no lo hacía. Así me habían enseñado, pero no, así no quiero enseñar a Carlota.




Tener al enemigo cerca es lo peor. Son batallas continuas. A una persona de la calle, que tiene ganas de meter cizaña o simplemente no sabe cuándo callar, la callo pronto con mis comentarios. Pero a la familia es diferente. No quieres hacerles daño, quieres enseñarles, quieres hacerles entender que están equivocados, quieres que vean que la felicidad de ella es lo más importante y que lo que debemos hacer es enseñarle a ser como es, no esconderse, que no le dé vergüenza.


Entiendo el miedo que sienten a que su nieta lo pase mal por comentarios hirientes, pero no se dan cuenta de que lo importante es hacer que ella tenga las herramientas necesarias para saber defenderse. Porque sí, para mi, LA FELICIDAD DE MI HIJA ES LO MÁS IMPORTANTE.


Ella quiere llevar el pelo corto. Ella quiere llevar vaqueros. Ella quiere llevar esa camiseta de Capitán América que tanto le gusta y yo me pregunto. ¿De verdad hace tanto daño?



6 comentarios:

  1. Puffff es que a veces los abuelos se pasan un poco. Mi madre es la típica señora mayor que antes de pensar en el bienestar del niño piensa en "lo que dirán", "lo que pensaran", "lo que dirán otros niños" por su autismo, y eso me pone enferma. Ademas tuvimos que convivir con ellos los primeros 4 años del peque y eso si era tener el enemigo en casa, y que la casa era propiedad del enemigo de ordeno y mando! Lo mejor que hicimos fue irnos a vivir tranquilos! Animo!!!

    ResponderEliminar
  2. Me siento muy identificada contigo, porque quiero que mis hijos tengan una personalidad propia fruto de sus decisiones desde ya, pero que difícil lo pone la gente con su seguir la corriente. Gracias y fuerza.

    ResponderEliminar
  3. Cómo te entiendo...Es un tema complicado pero estoy al 100% contigo hay que dejar que tomen sus propias decisiones, en este aspecto desde pequeños...Ahora que los mis son más mayores creo que esto les aporta seguridad. A mi tampoco me dejaban elegir la ropa cuando era peque y había ropa que me ponían que realmente la odiaba en sentido literal. Por eso con mis hijos ha sido diferente y siempre he respetado sus decisiones...Muchos ánimos y a seguir!!

    ResponderEliminar
  4. Ojalá me hubieran educado como tú haces con tu hija, no tendría la autoestima por los suelos. No cambies. gracias.

    ResponderEliminar
  5. Buf...llevo un buen rato pensando el comentario. A ver, me ha gustado mucho tu post y me he sentido identificada. Yo te apoyo, apoyo totalmente tu postura. Me parece genial que respetes a tu hija, que respetes sus gustos y su personalidad, y que la ayudes a empoderarse y a aprender a tomar sus decisiones afrontando sus consecuencias. Obviamente siempre con vuestro apoyo.
    Yo no lo concibo de otro modo.
    Para mi, lo estáis haciendo genial.
    Un abrazo muy muy fuerte

    ResponderEliminar
  6. Oídos sordos .a mi hasta ahora me perdonan que no le hice agujeros pa los pendientes que gana de opinar y por q es niña si o si con pendientes

    ResponderEliminar

Información sobre protección de datos:

Responsable: Mami Reciente Cuenta
Fin del tratamiento: Controlar Spam, gestión de comentarios
Legitimación: Si escribes aquí, das tu consentimiento expreso
Contacto: mamirecientecuenta@gmail.com

Más información en nuestra Política de Privacidad