miércoles, 17 de julio de 2019

EL PORTEO EN NUESTRA FAMILIA

Mucho tiempo ha pasado desde que escribí este post sobre el porteo en nuestra familia

¿Qué ha supuesto para mi portear?


Para mi el porteo ha sido fundamental y es una de las mejores decisiones que tomé cuando nació la peque. Tanto es así, que tengo claro que si conseguimos volver a ser papis de un segundo bebé, portearé todo lo que pueda. 


Tengo una conocida, que además trabaja en una tienda de porteo (Kangura). Ella porteaba a sus hijos antes de trabajar aquí y siempre que lo veía pensaba. Es una idea estupenda. 


Pros para portear

Primero, el bebé necesita del contacto de su referente, en este caso, su madre (o su padre). Va más seguro, tranquilo y por consiguiente, tu también vas más tranquila y segura. Si además das el pecho, el porteo es estupendo, pues puedes amamantar teniendo ya al bebé encima. 


 
Segundo, vivir en una ciudad e ir con carro, para mi, suponía un dolor de cabeza constante. Coger el transporte público, como por ejemplo el metro, donde muchas veces, tanto las entradas como salidas, no tenían un ascensor para poder ir con el carro. Ya no digo nada de los autobuses y el poco sitio que, a veces, hay para poner el carro, cuando la gente se agolpa en el sitio reservado para ello.


Así que sí, decidí portear desde el primer día, aunque no tuve mucho apoyo al principio, como expliqué en su día.

Se lo dije a mi marido y la verdad es que no vi mucho entusiasmo en él. Supongo que pensaba que eso era para hippies (pero igual que cambió en lo de colechar, con el tiempo, también cambió en lo de portear).

Igualmente, aunque yo quisiera portear, él, mis padres y los suyos nos decían que necesitaríamos un carro. Pero como somos unos currantes que no tienen casi dinero para nada (Casi todo lo compramos a plazos), decidimos que cosas como eso, sería mejor pedirlo prestado y con el tiempo ya veríamos si la necesidad apretaba.

La hermana de mi medio limón nos dejó el Bugaboo Camaleon, que tenía casi nuevo. Y sinceramente, cuando lo montamos me enamoré de él, pero había algo que no terminaba de convencerme del todo. Finalmente, comprobé cuál era el problema. Que era muy grande para ir con él por la ciudad es un armatoste y ya no digo nada en el momento en que tuvimos que meterlo en el coche. No cabía, literalmente, ya que teníamos un Citroen C2 y su maletero es casi inexistente. Descartado llevarlo con nosotros a todos lados. 

Junto con el carro, mi cuñada nos dejó también una mochila para portear. 


Desde siempre he sido una chica precavida, de ahí que me tome tiempo para tomar decisiones y ver qué es lo que me puede ir mejor. Y con Carlota y sus necesidades me pasa lo mismo. Por ello, para poder tomar la decisión de portear y qué es lo que mejor nos iría, leí, me informé y me di cuenta de que, aunque mi cuñada tenía muy buena intención, la mochila que nos había prestado era, lo que comúnmente se llama COLGONA. 


Evita la colgona, puede ser perjudicial

La colgona no es un sistema de porteo recomendable.  Os dejo una infografía para que veáis la diferencia. Y es que no es lo mismo llevar al niño en posición de ranita o sentado (cuando es más mayor) que en una posición colado, sin una sujeción correcta.





Si tu quieres portear, te recomiendo, ENCARECIDAMENTE, que te acerques a una tienda de porteo ergonómico o hables con una asesora de porteo, para que pueda no solo decirte los beneficios del porteo, si no que te asesore con cuál iréis todos más cómodos. 


Nosotros nos asesoramos en  Kangura. Allí una asesora (y amiga) nos enseñó los fulares, las mochilas, mei tais, bandoleras y mil cosas más.


TIPOS DE PORTEADORES


Finalmente nos decantamos por la mochila BOBA 4G, que lleva un pequeño cojín ergonómico dentro de la mochila, para que puedas portear desde que son bebés, y a medida que van creciendo, el cojín se puede sacar.


En esta foto, podéis ver, como Carlota, desde bebé fue en la mochila sin problemas.


 


Gracias a tener la mochila, puedo decir que mi medio limón terminó porteando y le terminó gustando. Tanto es así, que las tardes en las que yo me iba a trabajar, él salía con ella, siempre en la mochila a dar largos paseos. 


Me he sentido tan segura y tan cómoda con el porteo que aunque la mochila era y es estupenda, quise probar algo que me fuera bien con ella y con nuestro porteo. Algo fresquito para el verano, pero que fuera para princpiantes patosos y como siempre me fui a asesorar. Y allí encontré mi querido Caboo

Un fular con dos anillas, rápido, cómodo, fresquito para el verano y recogido para el invierno.
Este es el fular Caboo, genial y es que lo utilizamos todo el
verano y parte del otoño. Hasta que Carlota creció demasiado
y el fular ya cedía por su peso.
Cuando llegaron mis padres de vacaciones, vieron que siempre porteábamos a la niña. Al principio pensaron que aquello que llevaba no sería nada cómodo. Pero pronto se vieron que Carlota se ponía dentro del fular y ya se calmaba y se dormía (abajo tenéis las fotos de la prueba). 


Aquí la teneis dormidita después de un paseo.
Su postura no es del todo correcta, porque se ha
ido moviendo y tiene la espalda encorbada, pero
estaba tan cómoda que me daba pena moverla.




Como no, muchos opinólogos nos decían que así creábamos una dependencia de la niña hacia sus padres y que por eso, cuando alguien la quería coger, ella no estaba feliz y lloraba. Pero lo que ellos no veían es que ella iba a gusto. Los padres nos gustaba portear y que en el momento en que quiso caminar (Sí, caminó relativamente tarde, porque empezó a los 20 meses, pero ella en el momento de soltarse de la mano, no caminó, si no que empezó a correr), el porteo pasó a segundo plano.


A día de hoy sigo recomendando a todos los padres, que están indecisos, que lo prueben. El porteo trae muchos beneficios y no solo para los peques. 


Es verdad que las mochilas, los fulares, accesorios, ... . No son precisamente baratos, pero tampoco son tan caros como un carro. Es verdad que nosotros tenemos varios, pero creo que era necesario y aunque te gastas el dinero, sirve hasta para portear en casa. Imagínate que tu bebé es de alta demanda (Carlota no lo es tanto, pero cuando tiene su día, lo tiene y necesita estar con la mami, y yo tengo que hacer mil cosas, limpiar, fregar, cocinar,... Y si realmente se pone así, simplemente me la pongo en la espalda y hago lo que necesite hacer).



Como ya os he dicho, nosotros hemos probado la mochila Boba, el fular Caboo de anillas, pero no fueron los únicos, un día dando un paseo, pasamos por la tienda de porteo y me llevé un mid-taï. Es como llevarla en la mochila, pero con lo bueno de ser más natural. El tejido es estupendo y solo tienes que hacer los nudos. Además, este mid-taï es evolutivo y se va ensanchando la parte central cuando el peque va creciendo. 





Otra parte positiva del porteo. Los viajes. Nosotros cada verano nos vamos al pueblo y lo hacemos en tren. Es la mejor manera de viajar hasta allí y además descansando, pues vamos en tren-hotel. 


Sinceramente, si fueramos con carro, no sé dónde nos habríamos metido, pero lo bueno de portear, es que el fular, mochila o mei-tai caben en casi cualquier sitio y la peque siempre está a tu lado y sin problemas. Además de tener las manos libres para poder llevar el equipaje (y eso, si viajas sola es un plus, porque no hay nadie que te ayude). 


Recién levantadas y en la puerta para salir cuando el tren
llegue a su destino. :) La mochila el mejor complemento


Cuando el peque va creciendo, no tienes por qué dejar el porteo, pues luego ya lo puedes llevar a la espalda. Aquí os dejo el post que escribí sobre 5 consejos para portear a la espalda.



Así que si aún no sabéis qué hacer, os animo a que lo probéis, os acerquéis a una tienda de confianza y así podreis comprobar si os gusta o no :)

miércoles, 3 de julio de 2019

PORQUE NO QUIERO QUE MI HIJA SEA HIJA ÚNICA

Retomo este post escrito en 2015 para reafirmarme en mi pensamiento. No, no quiero que Carlota sea hija única, pero sinceramente, cada vez veo más lejos el que pueda cumplir el sueño de ser mamá de dos.


En 2015 empezaba el post hablando de una mamá que había escrito un post hablando de lo contenta que estaba de la familia que había creado, pero que mucha gente la criticaba por tener un hijo y no querer más. Ella se defendía de todos los que la criticaban por no querer tener más descendencia y a mi me asaltaba la eterna pregunta....

¿En serio esto también lo critican?


Vuelvo a la carga con lo que siempre digo. RESPETO. El respeto es importante. El respeto hacia nosotros mismos, hacia las personas que nos rodean. Incluso tenemos que respetar a todos aquellos que no piensen como nosotros.


En este caso yo no pienso como esta mujer. Ella es feliz teniendo un hijo, pero yo quiero más. Quiero tener más descendencia y en el post os explicaba el por qué. 




La principal razón es el PURO EGOÍSMO. Por mi propia experiencia siendo hija única. Como ya conté:

Mis padres se cararon muy jóvenes y con 19 años me tuvieron a mi. Estaban lejos de sus casas, a más de 1000 kilómetros y me criaron como pudieron. Pero yo me sentí muy sola.


Mis padres trabajaron mucho para sacar adelante todo lo que querían construir y eso significaba no pasar tiempo conmigo. Me dejaban con la vecina de al lado, cuando salía del cole (iba y venía sola todos los días). Ella me daba la cena, junto a sus hijas, luego me abría la puerta de casa y yo me acostaba. 

No veía a mi padre de lunes a viernes. A mi madre algunas mañana (por suerte, casi todas) pero terminé harta.  


Odiaba su trabajo y todo lo que para mi conllevaba, que era, no tenerlos conmigo. 




Así que pronto empecé a pedir tener un hermano. Me preguntaban qué quería para Navidad. Un hermano. Que quería para mi cumpleaños. Un hermano. Pero nada, no se cumplía y aunque me caían buenos regalos, no era lo que yo quería. Yo quería tener a alguien con quien jugar, alguien con quien no sentirme TAN SOLA.


En verano, en cuanto empezaban las vacaciones, mis padres me enviaban con mis abuelos maternos y lo que podría ser las mejores vacaciones para un niño, ya que estás en el campo rodeada de naturaleza, animales y otros niños. Se convertía en seguir encerrada en la torre de cristal, pues mi abuela (mujer temerosa de Dios y de su hija) me encerraba y solo me dejaba salir con ella o mi abuelo y siempre bajo supervisión. Tenía un miedo tremendo a que yo me rompiera un brazo, una pierna o la cabeza y mis padres no dejaran que volviera. De verdad... un suplicio. Así que seguía ansiando tener a alguien con quien jugar, porque mi perra y mi gata (que estaban con mis abuelos todo el año) no eran todo lo que necesitaban, aunque me ayudaron en épocas realmente duras.


Terminé siendo la niña rara del pueblo que no se juntaba con ningún niño para poder pasar las tarde jugando. No iba con ellos al pozo a nadar, ni de excursión y cuando teníamos más edad, tampoco me dejaban ir a las fiestas de los pueblos, no fuera que alguien me hiciera daño.  




Por todo lo dicho anteriormente, cuando crecí me prometí a mi misma que crearía una familia grande, ruidosa y llena de niños que pudieran estar juntos, sentirse queridos, amados, no olvidados y sobre todo nunca se sintieran SOLOS. Si fuera por mi, tendríamos mínimo 4 hijos. Pero tal y como está la economía y nuestra vida, con 2 sería totalmente feliz.




Carlota es una gran niña. Por supuesto tiene sus momentos, pero quién no. Y al tenerla en mis brazos, supe que quería repetir esa sensación y que mi inmenso amor, creciera todavía más teniendo una familia de 4 personas (papá, mamá y dos peques).


Aquí os dejo el resto del post:

Imaginaros que llega Navidad y que en casa te regalan una muñeca, colores, cartas o lo que sea, pero nada de lo que hay es un juego de mesa para jugar con alguien.
Aún recuerdo el día que le pedí a mis padres el juego que se llamaba HOTEL. Mi madre me preguntó para qué lo quería, si no tenía con quién jugar. Y le dije: sí, con vosotros. Mis padres me miraron extrañados y ella me respondió. Nosotros no podemos jugar contigo, tenemos que trabajar.

Entendedme. Adoro a mis padres. Sé que ellos han hecho muchas, muchas cosas pensando en mi y en mi felicidad. Pero yo me aburría. Siempre jugaba con mis muñecas. O me encerraba en mi habitación y me ponía a bailar con música, simulando que estaba con amigos. Ojalá todo hubiese sido de otra manera.

Llegó un momento en que ya no pedí más hermanos. Sabía que no me lo iban a dar. Yo ya llegaba a la adolescencia y pensar en tener un bebé en casa, tampoco es que me apeteciera. Entonces llegó la noticia. Mi madre estaba embarazada y por fin iba a tener un hermano. 

¿Yo? Loca de contenta!!!! alguien con quien estar. Alguien que sería otro integrante de la familia. Alguien con el que podría contar en el futuro.

Cuando crecí y me hice más mayor, por esta época más o menos. Empecé a sentir miedo. Miedo de que a mis padres les pasara algo. Miedo a que ellos ya no estuvieran. Porque por mucho que mis tíos y abuelos dijeran, somos tu familia. Ellos ya no estarían. Y yo me sentiría sola en el mundo. Sin nadie que me protegiese.
Al saber que iba a tener a un hermano, alguien con quien podría compartir cosas. Enseñarle y sobre todo que no se sintiera solo me puse muy contenta.

Pero esa felicidad solo duró 5 meses. Pues mi madre sufrió un aborto. 


Aquí os dejo el post donde explico cómo viví la muerte perinatal de mi hermano. 

Después de aquel mazazo en nuestras vidas. Nunca más se habló de hermanos. Mi padre adoptó a un perro perdido en la calle y lo trajo a casa. Supongo que quería que nos animaramos un poco. Bobby, como lo llamamos, estuvo con nosotros 17 años. Y fue uno de mis mejores amigos.

Desde siempre he querido ser madre y desde siempre he dicho que no tendría solo un hijo. Después de ver lo que es ser hijo único, sé que no quiero que la peque esté sola. No quiero que sienta miedo por perdernos y pensar que nadie estará para protegerla. No quiero que no pueda jugar, porque le falte un compañero.

Sé que cabe la posibilidad de que no se lleven bien. Pero también cabe la posibilidad de que sean los mejores amigos que tengan en el mundo. 

Así que sí. La vida ahora nos ha dado un precioso regalo. Un regalo que tiene 10 meses y que es la reina de todo lo que le rodea. Una reina que en un futuro tendrá otra reinita o reinito para que le ayude a gobernar en casa.


¿Y vosotros? ¿Partidarios de familia numerosa o solo un hijo? contadme algo