Pues sí, hace unas semanas os escribía un post preguntando si la Navidad ya había llegado. Las calles empezaban a estar engalanadas, la gente empezaba con sus compras navideñas, las compras de comida,.... Y es que me daba la sensación de que aún quedaba muchísimo tiempo.
Pero no. Ya está aquí. A la vuelta de la esquina. La Navidad llama a nuestra puerta y tenemos que ponernos las mejores galas.
En casa estamos divididos. A mi me encanta la Navidad (a mi marido le da una pereza enorme). Siempre he tenido muy buenos recuerdos. Días de fiesta, pasarlo con la familia, estar jugando todo el día y sobre todo, poder estar con mis padres, que por su trabajo, nunca pude disfrutar de ellos como me habría gustado.
Me encantan estos días. Claro que acabo saturada de tantas comilonas, tanta gente, los niños corriendo, regalos y más regalos, más comida, más gente, .... Pero para mi esto es Navidad. Estar con los míos, tener algo de tiempo libre, preparar cositas con ilusión y desde que está la peque más todavía.
Hace unos años tuve una Navidad horrorosa. De esas que es mejor olvidar y pensar que nunca ha pasado. Pero no, hoy la miro de frente y pienso que esa Navidad y todo lo que pasó me ayudó a querer más a los míos a ver que siempre estarán a mi lado. Un año más tarde, después de esa Navidad horrorosa llegó una de las mejores. Mi marido ya estaba en mi vida, desde hacía unos meses y aprovechó ese día rodeados de todos ellos para pedirme que me casara con él. Sí, fue especial y maravillosa.
Ahora tenemos a la peque en nuestras vidas. Y la Navidad para mi, ha recobrado un sentimiento que había dejado aparcado. El ver la cara de felicidad de los peques al ver el árbol lleno de regalos. Las ganas de querer jugar con sus nuevos amigos es especial.
En nuestra casa siempre hemos sido más de Papá Noel que de Reyes, aunque siempre sus majestades han traído alguna cosilla de última hora. Mis padres siempre pensaron que era mejor dar el regalo para Navidad, porque así tenía todas las fiestas para jugar y aburrirme con el nuevo juguete, así no lo querría llevar al colegio y no acabaría ni roto ni en manos de otro niño, que sí, que muchas veces pasa y luego se pierden los juguetes y se monta un cirio.
En Reyes siempre caía aquello que no querías pero que sí necesitabas: una colonia, ropa, zapatos,... Y así es como lo hacemos con nuestra enana. Para Navidad el regalo principal, aquel juguete que quiere (este año aún hemos tenido la suerte de elegir nosotros ese juguete, pues ella no ha pedido nada) y para Reyes, seguramente vendrán a traerle ropa que tal y como crece es totalmente necesaria.
Para los mayores también caen algunos regalitos, aunque este año nosotros hemos pedido menos cosas materiales y más deseos, porque queremos que este 2017 esté llenos de cambios, queremos que las cosas vayan mejorando en nuestra economía familiar, que nuestros seres queridos estén bien, sean felices y tengan salud. Porque, sinceramente ¿Qué le regalas a alguien que tiene de todo?