martes, 15 de enero de 2019

LA IMPORTANCIA DE ENCAJAR

Los seres humanos, por naturaleza, somos sociales. Necesitamos el amor y la seguridad que nos da una tribu, amigos, familia,... Que nos apoyen, que estén a nuestro lado. Alguien que piense en nosotros, que nos cuiden,...

Por ello, para muchas personas, el poder encajar en la sociedad es muy importante y desde que están las RRSS buscamos, si cabe todavía más, esa aprobación del resto del mundo, para sentir que encajamos.

Desde pequeños buscamos esa aprobación. Llegamos al colegio y conocemos a aquellos que serán nuestros compañeros e interactuamos con ellos. Queremos tener amigos con los que jugar y poder ser nosotros mismos. Pero no siempre es así. Hay personas que no quieren seguir al rebaño, que son diferentes, con un pensamiento más abierto o con las ideas claras y aunque no hacen daño a nadie, si no siguen a la muchedumbre se quedarán solos.



Sinceramente, no quiero que la peque le dé una importancia extrema a esto de encajar. Pero entiendo que se quiera, por tener amigos, divertirte y mil cosas más. Yo lo pasé mal. Muy mal.
De pequeña, yo iba a un colegio, donde tenía amigos desde que recordaba. Cada año, al empezar un nuevo curso, yo estaba ansiosa por volver al cole. Por estar con ellos. Pero un día, nos dijeron que el cole cerraba. Nuestros padres tuvieron que buscar nuevos colegios donde apuntarnos y aunque muchos fueron juntos a colegios cercanos. A mi me tocó ir a un colegio algo más alejado. Es verdad que dos compañeros más empezaron conmigo. Pero pronto me di cuenta de la cruda realidad. 
Fui una niña que se desarrolló, corporalmente muy rápido. Eso hizo que fuera el blanco de burlas de muchos niños y que algunas niñas no quisieran ser mis amigas. Poco a poco fui haciéndome un sitio en la clase, pero nunca tuve la sensación de encajar plenamente y el hecho de que algunos niños se burlaran de mi, hizo que me cerrara y no quisiera saber nada del exterior. 
Cuando empecé el instituto me dio miedo. Pensé que sería otro tanto de lo mismo. Pero no fue así. Es verdad que no empecé con buen pie, pues por miedo a que me pasara como en el colegio, era bastante borde con quien se me acercaba. Pero esa coraza, poco a poco desapareció y con los años hice grandes amistades. Pocas, pero muy grandes.
Tenemos en la cabeza, que para ser alguien, tenemos que tener mil millones de amigos y que por ello, debemos encajar, llevarnos bien con todos y seguir la corriente que sigue la mayoría.

¿Qué pasa si eres diferente? ¿Qué pasa si piensas diferente? ¿Qué pasa si vistes diferente? Pasa que no encajas. Eso puede resultar estresante para muchas personas. Yo reconozco que lo pasé realmente mal por querer encajar. Me ha pasado incluso en algunos de los trabajos donde he estado. Quería encajar a toda costa. Necesitaba esa aprobación. Y sí, soy consciente de que tenía un problema de autoestima

Después de lo pasado en el colegio he necesitado mucho tiempo para darme cuenta de que no es tan importante tener mil millones de amigos. No es importante ser el centro de atención o que todos quieran estar contigo. 

Lo importante, LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE, es que nos sintamos bien con nosotros mismos. La presión social, muchas veces, hace mella en nosotros y nuestros intereses, por tener esa falsa tranquilidad de encajar y ser uno más. Lo raro, lo diferente, lo que no es igual que lo demás siempre se ha mirado mal, siempre se ha juzgado.


Al ser humano no le gusta la soledad. ¿Cuántos de vosotros habéis ido solos al cine? ¿O habéis ido a un restaurante a comer solos? Pocos, muy pocos. La primera vez que comí sola me sentí extraña, sentí que me miraban y me juzgaban, pensando que estaba sola porque no tenía amigos. Sinceramente, creo que eran cosas mías, pero si lo pensaban, hoy día puedo decir que me resbala bastante. No me conocen y juzgan, como siempre, sin saber la realidad. 

Necesitamos estar en grupo. Vemos la soledad como algo malo. Pero, ¿realmente lo es?  Creo que estar solos, de vez en cuando, nos ayuda a ver la vida de una manera diferent. A conocernos a nosotros mismos. A ver nuestros defecto y virtudes de una manera distinta, pues somos nosotros mismos los que lo vemos, los que lo sentimos. 


Ya os he hablado del problema que tiene la niña, porque la llaman niño. No se fijan o no quieren hacerlo. Ella, sinceramente, le daba igual hasta que las personas que la rodean le han dicho cosas despectivas, por su corte de pelo o por su ropa.

Tanto es así, que un día, al llegar del cole, me dijo que quería llevar el pelo largo para el curso que viene. Ella no le gusta el pelo largo, porque siempre había dicho que le molestaba, que no quería coletas, ni trenzas, ni nada y cuando vio que mami se lo cortaba pidió lo mismo y ha sido inmensamente feliz con su corte de pelo hasta ese momento. Momento en el quiso jugar con otras niñas de su clase y una de ellas le dijo que no, porque parecía un niño con ese corte de pelo.


Ya lo sabemos todos. Los niños son muy crueles, PEEEEEERO, los niños son esponjas y todo lo aprenden por imitación o porque lo han escuchado de su entorno más cercano. Así que lo siento, pero la educación que le damos a nuestros hijos, en pleno siglo XXI podría ser un poco más abierta de mente.

Luego tenemos el otro problema. Ella siempre va con los niños. Dice que se divierte más, porque juegan a superheroes, a fútbol, a mil cosas más que las niñas normalmente no quieren. Pero de un tiempo a esta parte, aunque sigue jugando con ellos, ellos no dejan que sea el personaje que más le gusta.

Pongo un ejemplo para que me entendáis: 
Ellos juegan a ser los integrantes de la Patrulla Canina. Carlota le gusta mucho el color Rojo y el perrito Marshall es su preferido. Y aunque siempre le digo, que si otro compañero también quiere ser Marshall que tienen que turnarse un rato cada uno, sus compañeros la obligan a ser Sky, que es la única perrita del grupo. Ella no quiere ser Sky, primero porque va de rosa y segundo porque dice que es una perrita pequeña y aburrida. Que a ella le gusta Marshall, que incluso podría ser Roky, pero no, sus compañeros solo le dejan ser Sky y ella, por jugar con ellos y encajar, lo hace, aunque no le gusta.

No sé, puede que lo veáis una tontería. Pero no termina de gustarme que si ella quiere ser un determinado personaje, le digan que no, porque es masculino y ella tiene que ser la parte femenina, sí o sí. Creo en el juego libre (en que los juguetes no tienen sexo, en que los colores no tienen sexo) y eso es lo que le hemos enseñado en casa. Pero ahora, en el colegio se encuentra con esta realidad, la de seguir su instinto, ser ella misma o seguir la corriente y encajar. 

Sé que al final sucumbe a lo que le dicen y lo hace, porque como todos en este mundo, quiere encajar y todavía es pequeña para ver dónde le puede llevar eso. Sinceramente, a mi me ha costado mucho. 


Como he dicho antes, quería encajar hasta en el trabajo. Hasta que me di cuenta de que no tenía porque llevarme genial con todo el mundo. Es verdad que para un buen ambiente de trabajo es bueno llevarse bien con todo el mundo, pero eso no quita que cada uno somos como somos y no siempre encajamos a la perfección.

Hoy día estoy en un trabajo donde me llevo bien con todo el mundo. Entre los compañeros hay buen rollo, tanto laboralmente como personalmente, pero no tengo la sensación de encajar del todo con ellos. Esto antes me habría llevado a querer ser amiga de todos, a agradar a todos, y mil cosas más. Ahora... Ahora pienso que si me llevo bien con la gente y hay buen rollo, ya tengo suficiente. No necesito mil amigos. Los que tengo son suficientes y me quieren sabiendo lo bueno y lo malo de mi misma.

No sé si alguna vez habéis visto el video de Pink cuando habla de su hija. Pink recoge un premio por su música. Entre el publico asistente, están su marido y su hija y es cuando ella habla sobre su preciosa y dulce niña. Sobre que ella misma se dice que no es guapa, que es rara, que no encaja. Pink, igual que yo, igual que muchas madres que están pasando por algo así, se preocupó, vio que ahí había un problema y quiso ayudar a su hija, ¿cómo? Le hizo un vídeo de personajes famosos que no han seguido la estela del resto, y aunque eran diferentes, hicieron lo que más le gustaba, se sintieron bien consigo mismos y lograron grandes cosas. 



Eso mismo es lo que yo quiero hacer con ella. Eso mismo es lo que quiero enseñarle. Que lo diferente, no es malo. Que todos queremos encajar y que ella encontrará su grupo, pero que no tiene que hacer nada que no le guste, simplemente porque otros se lo digan.

1 comentario:

  1. Lo diferente no es malo... pero es duro ser diferente... Yo no encajaba con mis amigas... en el instituto quedé prácticamente aislada, pero al final, encontré dos personas, que aunque muy diferentes a mí, me aceptaban.
    Luego en la universidad conseguí encajar, y fue donde conocí a mis verdaderos amigos, que prácticamente se reducen a dos, una amiga y un amigo. Y ya. No hay más. Y tal vez no me haga falta.
    A día de hoy ya no visto como antes, pero sigo teniendo un sentido del humor peculiar... algo negro, que no todo el mundo entiende ni a todo el mundo gusta.
    Me sabe fatal que tu hija esté siendo coartada para ser como quiere ser. Yo de pequeña era una oveja, y luego empecé a nadar contracorriente y hasta ya.
    Tu simplemente haz como Chaise… siempre alerta! Mantente a su lado y ayúdala a ser fuerte.
    Un abrazo infinito, a ti y a tu pequeña.

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