Lo recuerdo como si fuera ayer...
La peque tenía seis meses y nos fuimos a una reunión familiar. Llegamos al restaurante y fuimos a sentarnos. Me puse a la peque en mi regazo y mientras hablaba con un familiar sobre la peque y mi cambio de imagen (fue la época en la que empecé a perder tantos kilos), me di cuenta que no había cogido una cosa del bolso, así que con la niña en mi regazo fui a cogerlo, y ella que estaba haciendo pedorretas para que se rieran nuestros familiares se cayó.
Literalmente se cayó de mis piernas, se fue hacia atrás y yo no reaccioné. Me quedé quieta. Cayó de espaldas al suelo y me quedé helada.
Dos segundos y entonces empezó lo peor, su llanto. Lloraba como si no hubiera un mañana, a gritos, lagrimones tan grandes como ella. No había qué la calmara. Salí del restaurante, me fui con ella y mi medio limón a la calle. Y entonces, ahí, mientras la cogía en brazos y me sentía la peor madre del mundó exploté. Me puse a llorar. No podía parar.
¿Pero cómo se me había podido caer? Ella es lo más preciado que tengo. Por ella daría la vida y se me ha caído de mi regazo y lo peor es que no he sabido reaccionar para cogerla a tiempo, para que se quedara en un susto. Era imposible sentirse peor.
Algunos familiares que todavía no habían llegado nos vieron en la calle. Viéndome llorar se preocuparon y una de ellas se paró a hablar conmigo.
- Sé que te sientes la peor madre del mundo, pero a todas nos ha pasado. A mi, el peque se me cayó con dos meses, se resbaló de mi brazo. Por suerte no fue nada, como a tu peque. Es más el susto que nos llevamos nosotras que otra cosa, así que ahora sácalo todo. Desahógate y no te fustigues más.
Esas palabras me ayudaron a calmarme, pero igualmente, me sentí lo peor.
En el momento en el que nacen te haces la promesa que cuidarás de ese bebé con tu vida. Es tu mundo y tienes que cuidarlo, pues ellos están indefensos. Yo, su madre, la persona más importante en su vida (junto a su padre) en ese momento dejé que se cayera. No reaccioné, no hice nada.
Todo esto hizo que pasara el peor día de mi vida. Finalmente la peque se calmó. Cogió la teti y al rato se quedó dormida. Luego cuando se despertó ya no se acordaba de nada, pero el chichón de su cabeza me lo recordaba constantemente.
La peque ha tenido otras caídas. Cuando ha empezado a andar, el día que se rompió los dientes, que sé que ya conocéis la historia, pero si no, os la dejo aquí. Pero ese día, el día que se cayó de mi regazo, haciéndome sentir la peor madre del mundo no se me pasará en la vida.
¡Ah! y sí, la he salvado de otras caídas, como la vez que casi se cae de cabeza del sofá. La cogí de un pie y la levanté volando... Ella, riéndose a carcajadas, pensando que era un juego y yo aliviada porque esta vez fui lo suficientemente rápida para que no volviera a pasar.
¿Y vosotras? ¿Se os ha caído vuestro bebé de los brazos? ¿Os habéis sentido tan mal como yo?
La peque tenía seis meses y nos fuimos a una reunión familiar. Llegamos al restaurante y fuimos a sentarnos. Me puse a la peque en mi regazo y mientras hablaba con un familiar sobre la peque y mi cambio de imagen (fue la época en la que empecé a perder tantos kilos), me di cuenta que no había cogido una cosa del bolso, así que con la niña en mi regazo fui a cogerlo, y ella que estaba haciendo pedorretas para que se rieran nuestros familiares se cayó.
Literalmente se cayó de mis piernas, se fue hacia atrás y yo no reaccioné. Me quedé quieta. Cayó de espaldas al suelo y me quedé helada.
Dos segundos y entonces empezó lo peor, su llanto. Lloraba como si no hubiera un mañana, a gritos, lagrimones tan grandes como ella. No había qué la calmara. Salí del restaurante, me fui con ella y mi medio limón a la calle. Y entonces, ahí, mientras la cogía en brazos y me sentía la peor madre del mundó exploté. Me puse a llorar. No podía parar.
¿Pero cómo se me había podido caer? Ella es lo más preciado que tengo. Por ella daría la vida y se me ha caído de mi regazo y lo peor es que no he sabido reaccionar para cogerla a tiempo, para que se quedara en un susto. Era imposible sentirse peor.
Algunos familiares que todavía no habían llegado nos vieron en la calle. Viéndome llorar se preocuparon y una de ellas se paró a hablar conmigo.
Recupero esta foto de ella, después de la caída, con su actitud siempre sonriente |
Esas palabras me ayudaron a calmarme, pero igualmente, me sentí lo peor.
En el momento en el que nacen te haces la promesa que cuidarás de ese bebé con tu vida. Es tu mundo y tienes que cuidarlo, pues ellos están indefensos. Yo, su madre, la persona más importante en su vida (junto a su padre) en ese momento dejé que se cayera. No reaccioné, no hice nada.
Todo esto hizo que pasara el peor día de mi vida. Finalmente la peque se calmó. Cogió la teti y al rato se quedó dormida. Luego cuando se despertó ya no se acordaba de nada, pero el chichón de su cabeza me lo recordaba constantemente.
La peque ha tenido otras caídas. Cuando ha empezado a andar, el día que se rompió los dientes, que sé que ya conocéis la historia, pero si no, os la dejo aquí. Pero ese día, el día que se cayó de mi regazo, haciéndome sentir la peor madre del mundo no se me pasará en la vida.
¡Ah! y sí, la he salvado de otras caídas, como la vez que casi se cae de cabeza del sofá. La cogí de un pie y la levanté volando... Ella, riéndose a carcajadas, pensando que era un juego y yo aliviada porque esta vez fui lo suficientemente rápida para que no volviera a pasar.
¿Y vosotras? ¿Se os ha caído vuestro bebé de los brazos? ¿Os habéis sentido tan mal como yo?
Me has recordado esos videos de risa donde los padres (generalmente ellos) salvan a los bebés por los pelos. Como tú, cogiéndolos de un pie antes que se despeñen por el sofá, cogiéndolos por los pelos cuando salen disparados de un columpio... sé que es un poco cruel, pero al final los nenes no se han hecho daño y me da mucha risa ver cómo los han salvado en el último momento.
ResponderEliminarPor eso, has de pensar que a todo el mundo le debe haber pasado y no es ser mala madre, es ser humana y tener fallos y despistes como todo el mundo. A veces estos fallos son fatales y pueden arruinar la vida, pero afortunadamente en la inmensa mayoría de los casos, se quedan en un susto.
Besotes!!!
Sí, sí, así me he sentido yo alguna vez cogiéndola al vuelo. Pero ese día me bloqueé. Sé que no es ser mala madre pero la conciencia juega una mala pasada y te hace sentir la peor del mundo :)
EliminarGracias!
A mi me pasó algo parecido con mi hijo mayor cuando tenia aproximadamente un año y medio.Estaba sentado en una mecedora, se puso de pie de cara al respaldo, la mecedora venció con su peso...y yo me quedé viéndolo caer como a cámara lenta, sin ser capaz de hacer nada.Han pasado más de 20 años de aquello y aún no sé porqué no reaccioné...
ResponderEliminarNúria
Vaya susto! A mi me pasó en la misma clínica, la nena se estaba ahogando y yo no me dí cuenta, La tenia al lado de la ventana para que le diera el solecito, pensaba que estaba dormidita hasta que la vi sacudir sus bracitos y me asomé a su cuna. Se estaba ahogando y yo ni me había enterado, me sentí tan mal, todo quedó en un susto pero aun se me eriza la piel al recordarlo.
ResponderEliminarA mi no se me cayó del regazo, pero se cayó (de forma imposible) estando sentada en el suelo, conmigo al lado y ella contra la esquina del sofá jugando. Tenía "todos los flancos cubiertos"...pero se cayó de espaldas,lloró como loca y vomitó. Cuando vi que vomitaba se me vino el mundo encima y me fui corriendo a urgencias. Al final el vomito fue por el sofocón acabadita de comer, gracias a dios pero yo me sentí fatal.
ResponderEliminarEse día mi madre me contó la historia del día que se sintió la peor madre del mundo conmigo. Iba conmigo en la sillita de paseo, y yo me zafé del cinturón, me escapé por debajo de la barra y me tiré al suelo mientras ella bajaba de la acera, y me pasó por encima con el carrito... Ahora me lo cuenta y yo me rio pero ella pasó un mal rato, y supongo que cuando lo contemos a nuestras hijas de mayorrs, seguro se reiran también. La mia por la caida imposible y la tuya por estar haciendo monerias a la familia. Un beso guapa!