Pues sí. Estamos en la última semana del año y he pensado que es buen momento para hacer balance a este año que decimos adiós.
Para nosotros, este 2017, ha sido por lo general malo. Justamente el otro día, mi medio limón y yo lo hablábamos, parece que este año nos ha mirado un tuerto.
Empezamos el año con la noticia, en mi antiguo trabajo de que mi puesto ya no era seguro que siguiera con la empresa con la que estaba. Habían hecho reestructuración y con esta unos cambios que me afectaban. Al ser externa, mi puesto iba a pasar a ser interno (y aunque estaban muy contentos con mi trabajo) y no se planteaban contratarme, pues había una persona que llevaba más de 20 años en la empresa y sería para ella. Lo encontré lógico, ella cuesta dinero y yo no.
Mi empresa, de aquel momento me dijo que me mandaban a mi antiguo puesto. Pero no podía ser, el horario y sobre todo la bajada de sueldo no podía permitírmelo. Les pregunté por otra posibilidad y se negaron en rotundo.
Fue un jarro de agua fría, pero eso hizo que me pusiera las pilas y desde aquel momento me puse a buscar en serio otro trabajo. Con la suerte, aquí sí, en que en menos de un mes ya tenía un trabajo para mi. Y es que creo que lo mejor de este 2017 ha sido mi cambio laboral.
He pasado de estar amargada y sobre todo, de odiar mi trabajo, a estar encantada, no solo con mi trabajo, si no con todo lo que me rodea en el mundo laboral. Me siento útil, me han dado buenos feedbacks, me llevo genial con la gente y es que hay un buen rollo en el curro que me encanta. Y así podría seguir mucho rato.
Lo único malo. Que me quita tantas horas del día que no tengo el mismo tiempo para el blog. Pero como ya dije el otro día, este es mi propósito para el 2018, seguir con el blog, más y mejor. Y sobre todo, seguir con el nuevo proyecto. El blog en Youtube.
Seguimos con el año. En febrero llegó la mala noticia, a mi marido lo echaban de la empresa. Estaba por ETT y ya se sabe, llega un momento en el que te hacen de empresa o te echan y a él lo echaron. Cogieron a otro compañero. Una pena. Pero la verdad es que nos sentimos fatal por todo lo que estábamos pasando. Tanto es así que cuando encontré mi trabajo nuevo, me sentía culpable por ser feliz con el cambio.
Después llegaron las malas noticias de familiares. Murió mi abuela. La madre de mi padre. Un palo enorme para la familia, aunque todos sabíamos que tarde o temprano tenía que pasar. Ha sido el año en el que mi abuela consiguió reunir a todos sus hijos para el día de la madre y así poderle dar el último adiós.
Doy gracias a la empresa en la que trabajo porque cuando supieron lo que estaba pasando y sabiendo que no podía desplazarme hasta Galicia, el propio director general me ofreció la posibilidad de coger un vuelo y un coche de alquiler y que la propia empresa lo pagara. Aunque no acepté porque me parecía demasiado y la niña además estaba con bronquitis, nada bueno para viajar, se lo agradecí encarecidamente.
Después le tocó el turno a la abuela de mi marido. Estaba enferma y él unos días antes fue a verla para despedirse. Ese fin de semana nos fuimos a la boda del año. Mi primo Agustín se casaba con Judith, por fin!!!! Y yo encantada de la vida con esa unión. Ellos saben que los adoro, aunque nunca podemos vernos. Y justamente cuando estábamos en el aperitivo nos llamaban. Su abuela había fallecido. La boda, para él, ya no fue igual. Después de la cena, cuando comenzaba la fiesta decidimos marcharnos, pues al día siguiente teníamos que irnos hacia casa para despedirla.
El verano pasó rápido. Las vacaciones fueron bien, aunque mi padre se pegó el tajo de su vida y casi se corta la mano entera. Menos mal que solo rozó el tendón y aunque tuvo que pasarse el verano con la mano vendada, tuvo la suerte de tener a la mejor chófer del mundo. Yo misma :)
Y gracias a poder conducir, y no poder dormir en casa de los abuelos, por culpa de un muro que amenazaba a la casa, este verano hemos podido ver todo tipo de flora y fauna de aquellas tierras.
Justamente cuando nos fuimos del pueblo, para volver a la vida diaria. Yo a trabajar y mi medio limón a seguir buscando. A mis padres los desalojaron de nuestra casa en León. El monte se quemaba. Sé que muchos habréis oído hablar de los fuegos que asolaron a Galicia y parte de Portugal. Pero unas semanas antes se quemó el precioso valle de la Cabrera. Mis padres tuvieron que dormir varias noches en camastros en un polideportivo de un pueblo cercano. Angustiados por lo que podía pasar. Los bomberos apagaron las llamas a la entrada del pueblo. Nuestra casa está en el pico del pueblo, en el pico de la montaña y sí, el fuego llegó hasta la misma puerta. Quemó una de nuestras huertas, pero por suerte, la casa está intacta, como las demás de la aldea. Sentí una impotencia enorme. Lloré cuando vi fotos y vídeos del lugar. Este verano cuando vaya veré la desolación y sé que se me vendrá el mundo encima.
Poco después, como he dicho antes, llegaron los fuegos de Galicia y pasamos otros días de angustia por nuestros familiares. Gracias al cielo que no les pasó nada, pero saber todo lo que pasó y que podría evitarse es lo que me realmente me mata.
Y llega el momento de la bomba para acabar el año. Justamente, antes de vacaciones decidí enviar un mail a las fincas de nuestro piso para preguntar por el alquiler. Justamente en enero del 2018 se acababa nuestro contrato y con la peque y teniendo ya ese piso como nuestro, con todas las mejoras, con esos cinco años vividos allí, con historias que nunca podremos olvidar (como el nacimiento de la peque) sinceramente, no queríamos irnos y pregunté por la renovación.
No me dijeron nada. Ni mail, ni llamadas. Pero hace un mes y medio me llegó el burofax. Nos teníamos que ir, sí o sí. No daban opción ni a seguir con el alquiler con un incremento ni a poder comprarlo, ni nada por el estilo. Simplemente avisaban de que teníamos que marcharnos.
Fue una de las peores noticias que hemos tenido. Con nuestra situación no podemos optar a muchas cosas y una de ellas es a un alquiler alto. Barcelona vuelve a tener los alquileres por las nubes y no podemos pagar las barbaridades que piden. Mi medio limón, como podréis imaginar, sigue en el paro, pero con la mala suerte de que el paro se le ha acabado. Tuvo que pedir la ayuda familiar y si yo hubiera cobrado, 60 míseros euros más no se la conceden.
Terminamos el mes como podemos, cenando todos los días yogures, tortillas, o simplemente una pieza de fruta. Gracias que tenemos la ayuda de mis padres, porque sin ellos... no sé que hubiera sido de nosotros.
Así que imaginaros. El día que nos dieron la noticia de que teníamos que dejarlo no pude si no que llorar, llorar y llorar. No encontraba solución. Me ofusqué y pensé que terminaríamos debajo de un puente sin otra opción.
Pero ahí están nuestros salvadores. Mis padres, que movieron cielo y tierra. Tiraron de los contactos que tenemos para poder así llegar al piso que hemos podido alquilar. Solo pagamos un poquito más. Totalmente asumible. Y con la ventaja de estar cerquita de ellos. A tan solo 5 minutos del cole de la peque. Y es que sí, son todo ventajas.
El piso estaba para tirarlo, pero llegando a un acuerdo con la dueña, todo se puede arreglar y hacer correctamente.
Así que sí. Se nos cerró una puerta y lo veíamos todo negro, pero se abrió un ventanal que hizo que creyéramos que las cosas podrán mejorar.
Pero no todo va a ser malo. Un día sin más me llamó una gran amiga. Había luchado con uñas y dientes y había vencido a la enfermedad. Podíamos respirar tranquilos y sinceramente, saber eso, cuando te pasan cosas malas, hace que veas el mundo un poquito mejor.
De la peque poco os voy a hablar porque sabéis mucho de ella. De salud está estupenda. En el cole la adoran y nosotros adoramos a la gente que está con ella cada día. Sin ir más lejos, ayer lloraba porque todavía tiene días de fiesta y ella quiere ir al cole. No me digáis que esto no es signo de que hacen las cosas bien.
Así que decidme. Haciendo balance, ¿cómo me veis? No soy de pedir mucho para los nuevos años. Así que a este 2018 solo le pido, mejorar, solo un poquito nuestra calidad de vida. Me conformo con que mi medio limón encuentre un trabajo, aunque solo sea a media jornada y que podamos seguir donde estamos.
Así que 2018, por favor, no me falles, que creo que esta vez nos merecemos algo bueno.
Empezamos el año con la noticia, en mi antiguo trabajo de que mi puesto ya no era seguro que siguiera con la empresa con la que estaba. Habían hecho reestructuración y con esta unos cambios que me afectaban. Al ser externa, mi puesto iba a pasar a ser interno (y aunque estaban muy contentos con mi trabajo) y no se planteaban contratarme, pues había una persona que llevaba más de 20 años en la empresa y sería para ella. Lo encontré lógico, ella cuesta dinero y yo no.
Mi empresa, de aquel momento me dijo que me mandaban a mi antiguo puesto. Pero no podía ser, el horario y sobre todo la bajada de sueldo no podía permitírmelo. Les pregunté por otra posibilidad y se negaron en rotundo.
Fue un jarro de agua fría, pero eso hizo que me pusiera las pilas y desde aquel momento me puse a buscar en serio otro trabajo. Con la suerte, aquí sí, en que en menos de un mes ya tenía un trabajo para mi. Y es que creo que lo mejor de este 2017 ha sido mi cambio laboral.
He pasado de estar amargada y sobre todo, de odiar mi trabajo, a estar encantada, no solo con mi trabajo, si no con todo lo que me rodea en el mundo laboral. Me siento útil, me han dado buenos feedbacks, me llevo genial con la gente y es que hay un buen rollo en el curro que me encanta. Y así podría seguir mucho rato.
Lo único malo. Que me quita tantas horas del día que no tengo el mismo tiempo para el blog. Pero como ya dije el otro día, este es mi propósito para el 2018, seguir con el blog, más y mejor. Y sobre todo, seguir con el nuevo proyecto. El blog en Youtube.
Seguimos con el año. En febrero llegó la mala noticia, a mi marido lo echaban de la empresa. Estaba por ETT y ya se sabe, llega un momento en el que te hacen de empresa o te echan y a él lo echaron. Cogieron a otro compañero. Una pena. Pero la verdad es que nos sentimos fatal por todo lo que estábamos pasando. Tanto es así que cuando encontré mi trabajo nuevo, me sentía culpable por ser feliz con el cambio.
Después llegaron las malas noticias de familiares. Murió mi abuela. La madre de mi padre. Un palo enorme para la familia, aunque todos sabíamos que tarde o temprano tenía que pasar. Ha sido el año en el que mi abuela consiguió reunir a todos sus hijos para el día de la madre y así poderle dar el último adiós.
Doy gracias a la empresa en la que trabajo porque cuando supieron lo que estaba pasando y sabiendo que no podía desplazarme hasta Galicia, el propio director general me ofreció la posibilidad de coger un vuelo y un coche de alquiler y que la propia empresa lo pagara. Aunque no acepté porque me parecía demasiado y la niña además estaba con bronquitis, nada bueno para viajar, se lo agradecí encarecidamente.
Después le tocó el turno a la abuela de mi marido. Estaba enferma y él unos días antes fue a verla para despedirse. Ese fin de semana nos fuimos a la boda del año. Mi primo Agustín se casaba con Judith, por fin!!!! Y yo encantada de la vida con esa unión. Ellos saben que los adoro, aunque nunca podemos vernos. Y justamente cuando estábamos en el aperitivo nos llamaban. Su abuela había fallecido. La boda, para él, ya no fue igual. Después de la cena, cuando comenzaba la fiesta decidimos marcharnos, pues al día siguiente teníamos que irnos hacia casa para despedirla.
El verano pasó rápido. Las vacaciones fueron bien, aunque mi padre se pegó el tajo de su vida y casi se corta la mano entera. Menos mal que solo rozó el tendón y aunque tuvo que pasarse el verano con la mano vendada, tuvo la suerte de tener a la mejor chófer del mundo. Yo misma :)
Y gracias a poder conducir, y no poder dormir en casa de los abuelos, por culpa de un muro que amenazaba a la casa, este verano hemos podido ver todo tipo de flora y fauna de aquellas tierras.
Justamente cuando nos fuimos del pueblo, para volver a la vida diaria. Yo a trabajar y mi medio limón a seguir buscando. A mis padres los desalojaron de nuestra casa en León. El monte se quemaba. Sé que muchos habréis oído hablar de los fuegos que asolaron a Galicia y parte de Portugal. Pero unas semanas antes se quemó el precioso valle de la Cabrera. Mis padres tuvieron que dormir varias noches en camastros en un polideportivo de un pueblo cercano. Angustiados por lo que podía pasar. Los bomberos apagaron las llamas a la entrada del pueblo. Nuestra casa está en el pico del pueblo, en el pico de la montaña y sí, el fuego llegó hasta la misma puerta. Quemó una de nuestras huertas, pero por suerte, la casa está intacta, como las demás de la aldea. Sentí una impotencia enorme. Lloré cuando vi fotos y vídeos del lugar. Este verano cuando vaya veré la desolación y sé que se me vendrá el mundo encima.
Poco después, como he dicho antes, llegaron los fuegos de Galicia y pasamos otros días de angustia por nuestros familiares. Gracias al cielo que no les pasó nada, pero saber todo lo que pasó y que podría evitarse es lo que me realmente me mata.
Y llega el momento de la bomba para acabar el año. Justamente, antes de vacaciones decidí enviar un mail a las fincas de nuestro piso para preguntar por el alquiler. Justamente en enero del 2018 se acababa nuestro contrato y con la peque y teniendo ya ese piso como nuestro, con todas las mejoras, con esos cinco años vividos allí, con historias que nunca podremos olvidar (como el nacimiento de la peque) sinceramente, no queríamos irnos y pregunté por la renovación.
No me dijeron nada. Ni mail, ni llamadas. Pero hace un mes y medio me llegó el burofax. Nos teníamos que ir, sí o sí. No daban opción ni a seguir con el alquiler con un incremento ni a poder comprarlo, ni nada por el estilo. Simplemente avisaban de que teníamos que marcharnos.
Fue una de las peores noticias que hemos tenido. Con nuestra situación no podemos optar a muchas cosas y una de ellas es a un alquiler alto. Barcelona vuelve a tener los alquileres por las nubes y no podemos pagar las barbaridades que piden. Mi medio limón, como podréis imaginar, sigue en el paro, pero con la mala suerte de que el paro se le ha acabado. Tuvo que pedir la ayuda familiar y si yo hubiera cobrado, 60 míseros euros más no se la conceden.
Terminamos el mes como podemos, cenando todos los días yogures, tortillas, o simplemente una pieza de fruta. Gracias que tenemos la ayuda de mis padres, porque sin ellos... no sé que hubiera sido de nosotros.
Así que imaginaros. El día que nos dieron la noticia de que teníamos que dejarlo no pude si no que llorar, llorar y llorar. No encontraba solución. Me ofusqué y pensé que terminaríamos debajo de un puente sin otra opción.
Pero ahí están nuestros salvadores. Mis padres, que movieron cielo y tierra. Tiraron de los contactos que tenemos para poder así llegar al piso que hemos podido alquilar. Solo pagamos un poquito más. Totalmente asumible. Y con la ventaja de estar cerquita de ellos. A tan solo 5 minutos del cole de la peque. Y es que sí, son todo ventajas.
El piso estaba para tirarlo, pero llegando a un acuerdo con la dueña, todo se puede arreglar y hacer correctamente.
Así que sí. Se nos cerró una puerta y lo veíamos todo negro, pero se abrió un ventanal que hizo que creyéramos que las cosas podrán mejorar.
Pero no todo va a ser malo. Un día sin más me llamó una gran amiga. Había luchado con uñas y dientes y había vencido a la enfermedad. Podíamos respirar tranquilos y sinceramente, saber eso, cuando te pasan cosas malas, hace que veas el mundo un poquito mejor.
De la peque poco os voy a hablar porque sabéis mucho de ella. De salud está estupenda. En el cole la adoran y nosotros adoramos a la gente que está con ella cada día. Sin ir más lejos, ayer lloraba porque todavía tiene días de fiesta y ella quiere ir al cole. No me digáis que esto no es signo de que hacen las cosas bien.
Así que decidme. Haciendo balance, ¿cómo me veis? No soy de pedir mucho para los nuevos años. Así que a este 2018 solo le pido, mejorar, solo un poquito nuestra calidad de vida. Me conformo con que mi medio limón encuentre un trabajo, aunque solo sea a media jornada y que podamos seguir donde estamos.
Así que 2018, por favor, no me falles, que creo que esta vez nos merecemos algo bueno.
Te deseo un 2018 con todo lo bueno que le faltó a 2017 y lo que debería venirte de serie para compensar :*
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarLa verdad es que no nos podemos quejar. Por ahora vamos tirando y eso ya es bueno
Yo veo una mujer con una gran fortaleza y una familia unida ante la adversidad lo cual es mucho y maravilloso, de corazón te deseo que el 2018 llegue con grandes cosas y alegrias para tu familia pero que mantenga esa fortaleza y unión. Besos preciosa
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Sí, este año tan malo nos ha ayudado para ver que debemos estar unidos para poder superar cualquier cosa.
EliminarMUAS!
No es que haya sido un gran año el 2017 pero al final termináis con el problema solucionado y seguro que el 2018 será un gran año para vosotros
ResponderEliminarseguro que sí. Eso espero de todo corazón y por eso empezamos el año con buenas vibraciones. A ver si terminamos mucho mejor y os lo puedo contar por aquí.
EliminarSeguro que el que viene será mucho mejor y traerá muchas cosas buenas. Unas horas más y le decimos adiós. ¡Feliz año!
ResponderEliminarCreo que las cosas malas de 2017 se han ido dando vuelta hacia buenas, seguro que es porque 2018 viene mejor. A ver si llega pronto ese trabajo!
ResponderEliminarHay pues que decirte de este 2017, para mi tampoco fue tan buen año, en tema de salud de mi familia, pero poco a poco se va arreglando. Te deseo de corazón que todo lo bueno te encuentre, te abrace y se quede contigo, ya verás este 2018 será tu año, ah!!! dicen que los años pares son los mejores, vamos a ver si es cierto, ya te iré siguiendo. Un Abrazo!
ResponderEliminarRealmente hay años que dan ganas de ir a un sitio de esos de quitarse el mal de ojo. Está claro que sois fuertes como familia y tú como mujer y madre y os deseo que este 2018 todo vaya encontrando su cauce. un abrazo y feliz año
ResponderEliminarQue seguro que tu medio limón encuentra trabajo, y otro para mí también!! Feliz año nuevo, sigue así de fuerte como demuestras en este post!!
ResponderEliminarYa verás como el 2018 viene cargado de cosa buenas.
ResponderEliminarTienes lo más importante, gente que te quiere, te apoya y ayuda en lo que puede, y eso es fundamental. A ver si este año tú medio limón encuentra trabajo!!
Te deseo todo lo mejor!!!
Te deseo un gran pero gran 2018, esos años de cambio son buenísimos y te ayudan a aprender.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y feliz 2018!