NUESTRO COLECHO. #YOCOLECHO

Hola mi gente. ¿Cómo ha ido el fin de semana? El nuestro genial y es que desconectar un poco nunca va mal. ¿No creéis?

Hoy quisiera hablaros sobre el colecho en general. Hace unos meses os hablé sobre la controversia de hacer colecho, cuando tu familia se empeña en decirte qué hacer, cómo hacer y cuando hacer. El post aquí.

Hoy, después de 20 meses de feliz colecho, vengo a hablaros de nuestro colecho en particular. De nuestra historia y de cómo, a nosotros, nos ha ido de perlas.

Según la wikipedia: 

El colecho o cama familiar es una práctica en la que bebés o niños pequeños duermen con uno o los dos progenitores. Es una práctica normal en muchas partes del mundo. El colecho puede ser practicado en la misma cama, en camas continuas o, cama y cunas unidas.... El colecho se practicó ampliamente hasta el siglo XIX en Europa, hasta que las casas comenzaron a tener más de un dormitorio y los niños su propia cuna. En Japón se practica el colecho hasta que los niños tienen 7 años. En muchas partes del mundo el colecho se practica simplemente para mantener al niño caliente durante la noche,...

Leo esto y me pregunto, ¿si tan extendido estaba, si se practica en tantos países y hay varios estudios positivos, por qué se sigue mirando mal a quién lo practica?

Cuando me quedé embarazada miramos dónde poner las cosas de la peque, donde dormiría,... Estaba segura que pasados unos meses, 6 máximo, la peque dormiría en su habitación. Así es como siempre se había hecho y habían hecho conmigo. Pero nació la peque y durante esos primeros 6 meses, en los que dormía en su minicuna de colecho (aquí veis cual), tanto el papi como yo no queríamos que se fuera a su habitación. Los tres dormíamos bien y si se despertaba, ella tenía cerca su teti para poder mamar y calmarse. 

Decidimos, en ese momento que durante un tiempo, haríamos colecho y a día de hoy, con 20 meses aquí estamos, como el primer día. 

Nosotros practicamos colecho en la misma cama. Pero desde hace un tiempo, pienso en comprar una cuna que se pueda acoplar a nuestra cama, para que la peque tenga su sitio y nosotros podamos recuperar el nuestro, pues la cama, poco a poco se va quedando pequeña con este terremoto.

Lo bueno de nuestro colecho es el sueño de Carlota. Desde que la tumbamos hasta que se despierta por la mañana, puede pasar toda la noche sin despertarse. Y es que para mi, eso es muy importante, porque me levanto cada día a las 6 de la mañana. Sé que si estuviera sola, podría dormir del tirón toda la noche, o también podría darse el caso de que tuviera un microdespertar y como no nos tiene cerca empezara a llorar y eso haría que uno de los dos, seguramente yo, se levantara y la calmara, y ahí ya pierdes momentos de sueño que también nosotros necesitamos para estar 100% no solo en nuestro trabajo si no en el día a día general. 

Creo que el colecho no es una moda que sea pasajera, creo que el colecho es una manera de descanso familiar que siempre ha existido, pero que en nuestra era contemporánea está mal visto, no solo por la presión social, si no por como nos han criado nuestros antepasados, viendo el colecho como una práctica tercermundista que no se hace en países desarrollados.

Leyendo un post, hace meses de Marujismo.com sobre el colecho me encontré con esta frase:

Los seres humanos han dormido acompañados desde siempre. Es más, muchas culturas siguen practicando el colecho de manera habitual y normal... Se estima que el 87% de los niños del mundo duerme acompañado. De hecho, las únicas áreas geográficas en las que no se practica el colecho de forma habitual son el sur de Europa, Estados Unidos y Canadá. El resto del mundo, esta práctica está muy generalizada...

Palabras de la psicóloga Mónica Serrano, especializada en maternidad y crianza respetuosa.

Así que pienso que hemos nacido en el país equivocado. Pues si nos fuéramos a países como Suecia o Japón, podríamos dormir tranquilos sin que nos tacharan de hippies o no oiríamos esas frases que tanto me gustan (tono sarcástico): Lo vais a tener en la cama hasta el día que se vaya de casa.

Si la peque, el papi y yo dormimos bien o mal creo sinceramente que es problema nuestro. Practicar colecho y dar el pecho más de 6 meses, me ha enseñado que la frase: en boca cerrada no entran moscas, es verdad. Me callo, no digo nada. ¿Cómo estáis? Bien. ¿Cómo duerme? Bien. ¿Qué tal la transición de los dos años? Bien. Y así es como contesto a todo aquel que sé perfectamente que me va dar la charla sobre lo que tengo que hacer. Y eso me trae a lo que siempre digo en este blog y muchos queremos que se cumpla: Si yo no me meto en tu vida ni en tu forma de criar a tus hijos... Por qué tu sí te metes en la mía????

La peque duerme bien y nosotros también. No se despierta mil veces, si no está enferma (hace una semana que hemos pasado por una mala racha de despertarse con ataques de tos fuerte, con ganas de dormir y no poder. El estar con nosotros la calmaba y hacíamos que ese momento tan malo no fuera peor y así ella, poder refugiarse en nosotros y poder encontrar la postura en que la tos cesaba). Todos somos felices y estamos contentos. Cada uno tiene su posición en la cama y aunque ahora tenemos que pensar en una alternativa a que duerma entre medio de los dos, no quitará que sigamos practicando el colecho hasta que queramos o, mejor dicho, hasta que ella quiera. 

#YoColecho y estoy muy orgullosa. Si a alguien no le va bien colechar. Que no lo haga. Si alguien cree que es mejor para su bebé y para él mismo que duerma en otra habitación, que lo haga. Yo no te voy a decir cómo hacerlo. Solo te explico qué hacemos en casa.

Ah!! y para aquellos que dicen que la relación de pareja se queda en stand by, o que no tenemos momentos de intimidad. No es por nada, pero la imaginación y el piso te da para tener tus momentos de amor y de intimidad donde más te plazca y el matrimonio siga siendo eso, un matrimonio, que se apoyan y se quieren incondicionalmente.