El año del coronavirus, las mascarillas, los encierros, el echar de menos, los embarazos covid, los divorcios post confinamiento y mil cosas más.
En mi casa, personalmente, será recordado como el año que la peque se quedó sin cole, a mitad de curso. El año en que se fue Batman al cielo. El año que llegaron Triki y Elmo. El año que no vimos a los yayos en meses. El año en que no pudimos celebrar nuestros cumpleaños como siempre. Y ahora que llegan las vacaciones, será recordado como el verano sin destino.
Este año hemos decidido no ir al pueblo, ni al de León, ni al de Galicia. Ya sabéis que adoro las vacaciones en nuestro pueblo, perdido en medio de la montaña. Un pueblo, que en realidad es una aldea. Donde, como mucho convives con 50 personas más. Y luego está nuestro otro pueblo, igual de pequeño, lleno de familiares, con sobremesas que se alargan hasta la hora de cenar.
Normalmente vamos en el tren-hotel. Pero RENFE ha decidido que este tren ya no volverá a salir de Barcelona, destino A Coruña, nunca más. Así que, en un momento dado, sopesamos la posibilidad de viajar en nuestro propio coche haciendo una ruta por las carreteras secundarias. Y montarnos una pequeña aventura.
Quería ir fuera como fuese y es que este año, ya que dentro de mi familia paterna este año ha sido un año horrible. Después de una lucha incansable de varios años, contra el maldito cáncer, mi prima B perdió la guerra. Luchó como una verdadera amazonas hasta su último aliento, dejando un vacío enorme en todos nosotros. Después de varios meses, mis ojos se llenan de lágrimas al pensar en ella. Y es que en su mente no tenía cabida la palabra perder. Luchó con varios tratamientos. Nos escribía a todos y nos contaba cómo iba. Cuando íbamos a verla, nunca perdía la sonrisa. Una chica que de verdad, merecía la pena conocer. La peque siempre se acuerda de ella y el día que se nos fue y se lo explicamos, lo primero que me dijo es que ya no podría volver a jugar con ella.
Todo esto pasó durante el confinamiento. Mi tía y su otra hija, tuvieron que estar prácticamente solas y el no poder estar con ellas, el no poder abrazarlas, darles nuestro apoyo, en persona, el poder coger sus manos, el llorar con ellas hasta que nos piquen los ojos, todo esto ha hecho que sintamos un vacío enorme. Y tener unas ganas locas de cruzar medio país para estar con ellas unos pocos días.
Otra razón por la que ir es mi abuela. A la que veo 3 o 4 veces en todo el año. Porque está en el pueblo, en una residencia. Ha estado encerrada allí, con otras personas, intentando que el virus no llegara hasta ellos.
Como digo han sido momentos duros y momentos en los que te hace que te plantees muchas cosas. Entre ellas, el ir o no este verano.
Al tener esta incertidumbre de cómo irá todo, en el momento de las vacaciones, no quisimos pensar mucho en el futuro y pensar más en el presente. Pero llegó el momento de plantearse las vacaciones. Qué hacer y dónde ir.
No vamos. Y pensaréis, pero por qué no, después de todo lo que nos has contado??? Pues no vamos porque la mayoría de las personas a las que querríamos ver, abrazar y más, no podremos por ser fuera del núcleo familiar y personas de grupos de riesgo (mayores de 65 años, enfermedades crónicas,...). Porque en estas aldeas las personas con las que convives son muy mayores y tengo miedo. Tengo miedo de que el bicho esté ahí, lo llevemos, se lo peguemos a alguien y ese alguien sufra o muera.
Ya,... Que agorera soy, verdad???? Pero y si pasa?? No me lo perdonaría.
Ya... Pero hay más gente y no piensan estas cosas y se van a ir a sitios así.
Allá cada uno con su conciencia, mi pepito grillo me dice que es mejor quedarme aquí.
Así que este año, nuestras vacaciones son sin destino. Nos quedamos en casa. Cruzamos los dedos para que no terminemos confinados, después del último rebrote y podamos disfrutar del sol y la tranquilidad. Serán unas vacaciones muy diferentes a lo que teníamos en mente a principios de año, pero todos tenemos que poner nuestro granito de arena, para que esto no vaya a más.
En Barcelona y áreas colindantes, hemos vuelto hacia atrás, por los últimos rebrotes. No entiendo las noticias que dicen que hay gente que queda en makro fiestas donde van enfermos para ver si lo coges. ¿En serio? No puedo llegar a entender que no nos hayamos extinguido antes. No entiendo que se nos diga que las mascarillas son de uso obligatorio y siga habiendo personas que se las ponen en el codo, la barbilla, la frente o simplemente no se tapan la nariz porque les agobia. No llego a entender que después de tantas muertes, después de un sistema sanitario colapsado, haya gente que siga diciendo que todo es mentira y que somos borregos que nos lo creemos todo.
Como cada año, el blog cierra sus puertas hasta septiembre. Igualmente, ya sabéis que me podéis encontrar en RRSS:
Y si vosotros también os quedáis estos días en casa y os apetece cocinar, no olvideis que en mi blog Mousse de Frituras, tienes recetas para toda la familia.