viernes, 25 de noviembre de 2016

¿QUE YA ES NAVIDAD?

Un mes. Solo queda un mes. Para algunos será demasiado. Para otros estará a la vuelta de la esquina y para mi... Pues estoy en la mitad sé que queda un mes, pero no quiero que me pille el toro.

Ayer al salir del metro, volviendo del trabajo miré al cielo, pocas veces lo hago, porque estando en la ciudad es imposible ver las estrellas y entonces lo vi...

Las luces que ponen para anunciar la Navidad no solo están puestas (que ya me había percatado) si no que además, estaban encendidas.

¿Ya? ¿Pero si ni siquiera estamos en diciembre? ¿Soy yo o cada año las encienden antes? Un día las pondremos al volver de las vacaciones.

Me gusta. Me gusta mucho ver los escaparates luciendo sus mejores galas porque llega la Navidad. Me gustan las luces, son muy bonitas y hacen que el barrio quede más bonito y resultón. Pero por otra parte, mis sentimientos están divididos, porque ha llegado el momento del CONSUMISMO.

Somos una sociedad sumida en el consumismo. Todos lo sabemos y yo la que más (que me quedo embobada con todo y me compraría media tienda solo por las cosas bonitas que tiene, aunque no le encuentre utilidad). Pero, en nuestra casa, llevamos unos años atándonos el cinturón y agachando la cabeza en todo lo que nos gustaría comprarnos. Porque sí, porque nuestros sueldos no llegan, porque tal y como entra se va y sobre todo, porque ahora somos uno más. Atrás quedaron esos momentos de hacerse autoregalitos, comprando (ahora me hago autoregalitos caseros, como un momento de relax y lectura, o poder bañarme tranquilamente sola).

Hoy, además, es el Black Friday, algo que también hemos importado y algo que ayuda a que ese consumismo que nos corroe llegue a su máximo esplendor. Si por mi fuera, Amazon echaría chispas. Pero no, ya tenemos todo lo que necesitamos y lo que no tenemos... bueno, se mirará porque hay rebajas durante el finde, pero solo lo imprescindible. 

¿A qué viene este post? Pues viene porque el otro día, recibí un mensaje. Me instaban a que llamara a un teléfono para ampliar mi crédito de la tarjeta. Para que pudiera disponer de 600€ para el Black Friday.

No. No llamé. ¿Para qué? ¿Para comprar como una loca y el mes que viene no tener ni donde caerme muerta? Pero entonces, hablándolo con mi marido caí en la cuenta. ¿Cuánta gente llamará para poder acceder a ese dinero? ¿Cuántos caerán en esa trampa de poder tener algo inmediato, comprar y comprar para luego no poder pagarlo? Llegarán a la cuesta de enero (o diciembre) sin un puñetero duro y lamentándose por lo que han hecho. Entonces empezarán con las llamadas. Debes dinero, eres un moroso. Yo no puedo con estas cosas, cuando mi cuenta se queda poco más o menos con un euro estoy temblando. Sé que lo he pagado todo, pero ¿y si viene algo de imprevisto?

Nosotros por suerte tenemos la lección aprendida. Si no hay. No hay. Ahorramos como podemos para llegar a tener un pequeño rinconcito para cumpleaños, Navidad... Y es que para mi un regalo se hace con el corazón, no con el dinero que tienes. Prefiero que me regalen algo hecho a mano, como un dibujo, unas galletas o una bufanda. Que tiene más valor, porque esa persona se ha molestado en pensar en mi y hacerlo, que en que me compren algo super caro para A: que no me guste y tenga que poner cara de sorpresa cuando me digan que vale mucho o B: que me guste, pero no sepa qué hacer con eso.

¿Y vosotros? ¿Sois derrochadores o por el contrario os gustan más las cosas sencillas o hechas a mano?


6 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo! Ayer bajé con el peque al centro de Madrid, y justo encendía las luces! No te puedes imaginar la que había liada. Yo soy igual que tu me cuesta muchísimo reprimirme (soy super caprichosa) pero desde que está #Gusanito, todo sea por el. ;)
    Me parece alucinante la que se lía con el black friday y las navidades. Mi abuelo siempre decía que cada uno es dueño de sus actos. Nosotros nunca pagamos nada a crédito (salvo el coche) si no hay no hay y punto. Pero he visto a gente comer pasta y arroz un mes y no salir de casa, para poder gastarse una burrada en la feria de mayo. Así que ya no me sorprende nada.
    Un abrazo!!

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    1. Si es que cuando nos hacemos madres, nuestro "consumismo" pasa a ser pensando en ellos más que en nosotras (jajajaja).
      El otro día leí una publicación en RRSS en la que ponía que el origen del Black Friday es que después del jueves de acción de gracias, los colonos vendían a los esclavos negros por un precio mucho menor. De ahí el nombre. Y ahora míranos!!
      Nosotros hemos tenido que andar a crédito en algunas cosas, pero por suerte, todas asumibles y sobre todo, todas con cabeza. Mi marido me explicó una vez, que un compi de su curro no comía nada a mediodía, porque con el dinero de ese mes, se había comprado un abono de temporada para el fútbol... en fin, mi cara un poema.
      MUAS!

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  2. Tienes razón. A mi me encantan las navidades pero veo que cada vez se adelantan más solo para incitarnos al consumo!! Lo de la targeta me has dejado de piedra..Yo es que soy partidaria de si no tengo no gasto..600 € que luego se tendrán que pagar igual Ay!! A mi hay cosas hechas a mano que me hacen mucha ilusión, pero mal que me pese debo decir que soy derrochadora!! Bss

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    1. Exacto!! se adelanta para incitarnos a comprar y comprar.
      Es que son 600€. A ver que en algún momento podemos tirar de la tarjeta porque necesitamos algo, de suma urgencia... pues si, no lo niego, pero decir que sí a 600€ para comprar regalos y luego... que pasa? los paga el aire que respiro?? en fin, yo sí me quedé de piedra al ver el mensaje.
      Las cosas hechas a mano tienen un valor añadido. Para mi, lo mejor:)

      MUAS!

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  3. Yo, la verdad, cada vez soy menos gastona. Antes, de joven, soltera y sin hijos, sí lo era mucho más. La verdad es que según pasa el tiempo le veo menos sentido. Otra cosa es que no me gusten las cosas buenas jajaja. Prefiero una cosa muy molona que varias. De hecho, me da como pereza que me regalen cosas que, al final, sé que como mucho usaré una etapa y luego... ¡Si es que no necesito nada! Je,je,je. La maternidad me ha cambiado en ese sentido. Entre que tienes menos pasta y que hay que meter más cosas en casa... Con menos cosas, se vive, mejor, es la verdad, pero rodeados como estamos de "necesidades" no es fácil.
    Buena reflexión has hecho.

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    1. Dicen que el dinero y las cosas materiales no dan la felicidad y muchas veces lo pienso... quien menos tiene es más feliz y además es más proclive a dar sin esperar nada a cambio.
      Yo prefiero cosas hechas con amor, por ejemplo, prefiero que me regalen una caja de galletas caseras, que algo que no me voy a poner o que va a quedar olvidado en un cajón.
      Gracias por pasarte :)
      MUAS!

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