lunes, 28 de noviembre de 2016

LENGUA DE TRAPO. EL LORO LLAMÓ A LA PUERTA

Pues sí. Nuestra peque ha entrado en una nueva fase ¡Y menuda fase!

Ahora tenemos que estar pendientes de todo lo que decimos, porque este fin de semana, me he dado cuenta de que tenemos un lorito en casa que nos imita y repite todo lo que decimos.

Sinceramente, ¡ME ENCANTA! La verdad es que estoy contenta, porque ahora en esta etapa, empieza a decir las cosas, se le entiende mejor y nuestra comunicación, verbal, es mucho más fluida.

Eso no quita que en su momento de frustración, le preguntes qué le pasa o cómo se siente y aún no sepa decirlo. Pero tiempo al tiempo. Porque ahora mismo, en esta fase, podemos quedarnos un tiempo y disfrutarla al máximo.

Es bien sabido que los peques nos imitan. Así aprenden, por imitación. Imitan a sus compis del cole, imitan a sus padres y a todos los que le rodean. Poco a poco, y gracias a esa imitación, empiezan nuevas fases, aprenden a hacer cosas nuevas.

Se da cuenta de más cosas, está más atenta a todo lo que le rodea. Sin ir más lejos, ayer tarde, su padre y yo estábamos viendo una de las mil series que nos gustan y ella estaba jugando con sus muñecos. De pronto, la protagonista se cae, (realmente se peleó y se cayó al suelo), ella miró un momento, se levantó de su cama-juego y vino corriendo: mami, mami, sa caio. La nena sa caio. Yo le respondí, sí, se ha caído, pero no se ha hecho pupa. Ella me miró y me dijo. No, llama dotó y me dio el móvil. Me hizo mucha gracia, porque a través de los juegos, le estamos enseñando que si se hace pupa tiene que avisar a un adulto o llamar al doctor (el vídeo de los 5 monitos que saltaban en la cama nos ha ido de perlas para que lo aprenda. Primero a lo que no debe hacer y segundo a que se debe avisar si alguien se hace pupa).

Viendo que se había puesto nerviosa, la cogí y empecé a hablar con ella, para que viera que no había pasado nada, y que la nena estaba bien. Después empezamos con la imitación. Si su padre decía algo, ella repetía, si yo decía algo ella repetía y así un buen rato. Le enseñamos nuevas palabras, a vocalizar mejor algunas que le cuestan más. A decir los colores (por ahora le encanta el verde).

Otra cosa que le encanta y cada vez lo hace más y con más desparpajo es cantar. Entender no entendemos mucho, pero ella no para. La que sé seguro cuando canta es la de la granja de Pepito, porque el ia-ia-ooooo, lo hace estupendamente. Canta y baila sin parar. Quiere que los papis canten y bailen con ella. Le ponemos vídeos musicales y siempre acabamos todos de pie bailando y saltando (bueno lo de saltar aún no lo hace. Eso de saltar con los dos pies a la vez no lo lleva muy bien, pero tiempo al tiempo, que sé que lo hará cuando esté preparada).

Palabras que antes solo balbuceaba, ahora las vocaliza correctamente. Empieza a hacer frases más largas y con ello nuestro entendimiento es mejor. 

¿Os acordáis cuando vuestros peques empezaron a hablar? ¿Os gustó la fase de loro, repito todo lo que oigo? 

viernes, 25 de noviembre de 2016

¿QUE YA ES NAVIDAD?

Un mes. Solo queda un mes. Para algunos será demasiado. Para otros estará a la vuelta de la esquina y para mi... Pues estoy en la mitad sé que queda un mes, pero no quiero que me pille el toro.

Ayer al salir del metro, volviendo del trabajo miré al cielo, pocas veces lo hago, porque estando en la ciudad es imposible ver las estrellas y entonces lo vi...

Las luces que ponen para anunciar la Navidad no solo están puestas (que ya me había percatado) si no que además, estaban encendidas.

¿Ya? ¿Pero si ni siquiera estamos en diciembre? ¿Soy yo o cada año las encienden antes? Un día las pondremos al volver de las vacaciones.

Me gusta. Me gusta mucho ver los escaparates luciendo sus mejores galas porque llega la Navidad. Me gustan las luces, son muy bonitas y hacen que el barrio quede más bonito y resultón. Pero por otra parte, mis sentimientos están divididos, porque ha llegado el momento del CONSUMISMO.

lunes, 21 de noviembre de 2016

¿MAMITIS? HARTA DE TONTERÍAS

Desde siempre me han dicho: Uiiixx, tiene mamitis.... Vaya, cuanta mamitis.... Claro, como ahora está con mamá ya no quiere saber nada del resto.... Es que cuando tú llegas se porta fatal... Tienes que hacer que sea más independiente, si no siempre estará pegada a ti... Claro, todavía le das la teta, así que es normal, tiene mucha mamitis...

¡YA BASTA! Estoy hasta las santas narices de estos comentarios. Sí, lo digo así, porque me sale así y menos mal que no suelto ningún improperio de los míos. Y es que nadie se para a pensar que la peque todavía es eso: pequeña. Que solo tiene dos años (28 meses!!!) ¿qué se pretende? ¿Que sea un niña totalmente independiente? ¿Qué no necesite a mamá? Ese momento llegará, lo sé. Pero ¿por qué ese afán de decir estas cosas? ¿Por qué la gente no puede meterse en sus propios asuntos? 

Lo mejor de todo es si un día, a la peque se le ocurre no preguntar por mamá. Ya todos dicen.... uxxx, ya se ha cansado de tí, ¿verdad? Ufffff, dame paciencia, porque si no le arreo una... en serio, que no puedo más.

Y lo que más me duele es que el 90% de las veces, estas frases vienen de gente de nuestro entorno más directo. Con lo que encima, no lo oyes de vez en cuando, si no, día tras día, tras día. 

viernes, 18 de noviembre de 2016

CINE FAMILIAR: BUSCANDO A DORY

Hacia mucho tiempo que no traía una película de animación para toda la familia. Sinceramente, el cine de animación, para mi, es uno de los mejores que hay y últimamente creo que se está superando al cine de toda la vida, porque hay cada cosa...

En fin, hasta ahora os he traído 3 post de cine de animación: Mi Vecino Totoro (una película que, a mi modo de ver, es IMPRESCINDIBLE, para todos los peques de la casa y todos aquellos a los que la animación les guste. Y es que es una película que nunca me canso de ver y que me parece todo ternura, pese al momento terrible que estén pasando sus pequeñas protagonistas. Altamente recomendable). Después os traje otra película: Inside Out (que me enamoró y es que el paso de la niñez a la adolescencia no es fácil y visto desde este ángulo me pareció una genial forma de enseñar a los niños ese difícil momento. Otra pequeña joya que, por supuesto, tenemos en casa) y por último volví a repetir con Studio Ghibli y una de las películas que hace unos pocos años gracias a mi marido y es: Nicky, la aprendiz de bruja (otra pequeña joya del paso de la niñez a la madurez, donde la protagonista tiene que irse durante un año de casa e independizarse, para aprender de su magia y saber qué es lo que quiere hacer en la vida).

Hoy os traigo una de las últimas que hemos visto en casa. Creo que nuestra enana todavía es demasiado peque para que se interese por una película todo el rato. No lo hace ni con una serie que dura veinte minutos no creo que lo haga con una película que puede durar una hora y media. Así que por ahora, las disfrutamos mi medio limón y yo (bueno, SÍ lo confieso, YO MÁS QUE ÉL).

lunes, 14 de noviembre de 2016

RELAX. FIN DE SEMANA EN CASA

Este fin de semana, ¡POR FIN! hemos podido aprovechar dos días para estar los tres tranquilos en casa y es que con el frío que hacía fuera, no nos apetecía mucho salir.

El sábado, mi medio limón tuvo que irse a un cursillo, para su trabajo. Cari...¡Felicidades! porque aunque era sábado fuiste a aprender algo nuevo. Porque cuando llegaste a casa viniste entusiasmado y porque además tienes nuevos carnets para llevar esas máquinas infernales (ahora el de conducir el coche y así nos turnamos 😂).

La peque y yo salimos a comprar, para el fin de semana y dar un paseo. Cuando vio las bambas de mami quiso ponerse unas iguales, me acordé de que teníamos unas Converse todavía sin estrenar que le compramos en verano (en las rebajas) y pensé que era buena idea probárselas. ¡Como un guante! y ella tan contenta por ir como mami con sus bambas nuevas.

viernes, 11 de noviembre de 2016

PISAMONAS. UNA APUESTA SEGURA

Pues sí, PISAMONAS para mi se ha convertido en una apuesta segura.


La peque ahora, como todos, está en continuo cambio y crecimiento y lo que mañana le vale, pasado no. Lo que hoy le gusta, la semana que viene lo aborrece y dice: NO GUTA MAMÁ y no hay manera de ponérselo.

Ha llegado el frío y con ello cambio de armario y de zapatos. Ha tocado recoger las sandalias, cangrejeras y chancletas, para dar paso a las botas, bambas y bailarinas, para pasar un invierno que ha llegado sin avisar.

Pues sí, me pilló el toro. Estábamos en un continuo veroño, así que no me preocupé de mirar zapatos de invierno para la peque y eso que ya sabía que los del año pasado iba a ser imposible ponérselos. Pero lo dejas un día porque no te apetece ponerte a mirar en ese momento porque estás muy a gusto jugando con ella, lo dejas otro porque llegas exausta del trabajo, lo dejas el finde porque tenéis mil planes y no te vas a poner a buscar por internet y PUM!!!!! Llegó el frío y con ello el.... ¡MECAGÜEN... QUE NO TIENE ZAPATOS!

lunes, 7 de noviembre de 2016

NO QUIERO GRITAR A MI HIJA

Hoy vengo con un post que llevo tiempo queriendo escribir y es sobre el tema de los gritos a nuestros hijos.

Hace ya algún tiempo, mi marido me dijo: ¿te das cuenta de cómo le estás hablando a la niña? ¿Te das cuenta de que la estás chillando? Sí, me estaba dando cuenta de todo, pero en ese momento necesité hacerlo. No, no me siento orgullosa de ello. No, no me siento feliz. Sí, me sentí la PEOR madre del mundo por hacer eso.

En mi familia (por parte materna) somos demasiado temperamentales. Somos de ese tipo de gente que cuando se enfada, en vez de respirar hondo y contar hasta diez para serenarse explota y suelta cualquier cosa a grito pelado. A los cinco minutos se nos ha pasado y es cuando nos damos cuenta de la tontería que acabamos de hacer, por suerte, yo dentro de lo malo, intento cambiar, intento no hacerlo y cuando lo hago me como mi orgullo y me disculpo.

Cuando era pequeña y me gritaban porque había hecho algo mal, porque descargaban su frustración conmigo me repetía y prometía a mi misma: El día que sea madre, yo no haré eso. Ahora me como mis palabras y con el corazón en la mano os digo, termino llorando cada vez que siento que lo he hecho mal, que he vuelto a caer en esas viejas costumbres que prometí no caer en ellas.

viernes, 4 de noviembre de 2016

MI HIJA DA BESOS SI QUIERE. NOSOTROS NO OBLIGAMOS

Desde siempre he sido de esas personas que piensan que a los peques no se les debe obligar a hacer ciertas cosas y otras, no se les obliga, pero se les debe enseñar que son necesarias.

Dentro de estas NO OBLIGACIONES, está la de dar besos

Hace unos años, cuando mi sobrino tenía la edad de mi peque, llegó ese momento en que los padres le decían: Dale un beso a Patri. En el momento en que nos encontrábamos. A lo mejor no nos habíamos visto en un mes y para un nene tan pequeño es un mundo un mes, no debía ni acordarse de su tía. Así que él se escondía detrás de su padre o madre y decía que no quería dar besos. 

Tienes que hacerlo... Si no, no te querrá.

A ver... eso no se le debe decir nunca, NUNCA, a un niño. ¿Cómo que no lo voy a querer por no darme un beso? Mi respuesta, cuando el niño no quería darme un beso y su madre o padre le "obligaban" a que lo hiciera era la misma: Dejarlo, ya me lo dará cuando él quiera. Os lo prometo, no había día que nos juntaramos que al irme, el peque no me diera un beso para despedirse y es que él se sentía a gusto conmigo y sentía que podía darme un beso. Algo tan íntimo y bonito que sale del corazón y no por una obligación.